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La función UFC 190 disputada en el HSBC Arena de Río de Janeiro tuvo un final anunciado y bastante fugaz tras los dimes y diretes protagonizados por la brasileña Bethe Correia y la estadounidense Ronda Rousey, dejando así en claro en eloctágono quien es la que manda en las artes marciales mixtas.
La pelea estelar de la función terminó apenas 34 segundos después de haber comenzado. Rousey convertida en una máquina destructora no descansó hasta dejar fuera de combate a su oponente.
Como un perro de presa, Ronda no soltó a Correia, quien a pesar de buscar defenderse no pudo evitar dos golpes que resultaron definitivos para la finalización del encuentro: un rodillazo a las costillas y un golpe fulminante a su sien que le puso los ojos en blanco y la mandó a la lona sin conocimiento.
Abrumador resultó el colofón de esta historia en la Correía seguramente entendió que a Rousey se le gana en el ring y que su ánimo no se debilita con palabras, y que por el contrario, se enciende en un fuego abrasador que no encuentra calma hasta que su oponente besa la lona.
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