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El icono del rock e integrante del Rock and Roll Hall of Fame, Carlos Santana logró cautivar a la audiencia que le acompañó en su concierto de la noche del sábado en el Coliseo José Miguel Agrelot.
En medio de casi cada una de las 18 canciones, el guitarrista jalisciense, que sentó las bases del rock latino y que repasó una carrera llena de fusión, drogas y espiritualidad antes de la publicación de un nuevo álbum Corazón, intercaló melodías de otros temas que le han hecho famoso y merecedor de numerosos premios Grammy.
Durante el show Santana presentó a su esposa, Cindy Blackman, quien ejecutó un enérgico solo en la batería, mientras el concierto que es parte de una mezcla de giras y que contó con dos percusionistas puertorriqueños que se han sumado a la legendaria agrupación, pasó a canciones que el guitarrista popularizó a principios de la pasada década.
Un poco después, la banda del hombre de 66 años de edad y quien ejecuta su guitarra con el mismo entusiasmo que cuando se colaba en las barras de San Francisco en California cuando era apenas un preadolescente, continuó haciendo bailar y brincar a la audiencia con otros temas que le convierten en el ídolo de guitarristas de cualquier edad.
El espectáculo que abrió con la banda de Millo Torres y el Tercer Planeta fue a dedicado al fenecido cantante puertorriqueño, Cheo Feliciano. “Queremos, del centro del corazón, dedicar toda esta energía, esta noche a mi hermano Cheo Feliciano”, dijo. “Con cariño, amor, respeto y admiración, soñaba y sigo soñando hacer una cosa con Cheo y José Feliciano, pero ahora me tengo que esperar hasta el otro lado”, expresó el rockero.
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