<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7302061392394882"

     crossorigin="anonymous"></script>

Es feliz quien nada retiene para sí.
San Francisco de Asís

crop_20130628_panorama_luispenchi_dmrp_018La vida no es una línea recta, no. La vida tiene cuestas, curvas y hasta pendientes peligrosas. Es más, está llena de caminos imprevistos que a veces estrujan el alma y le dan un vuelco a nuestro ser de 180 grados.

Luis Penchi se topó con una confluencia que unió cada pedazo de su existencia y lo llevó hacia lo que experimenta hoy: una revolución interna, una explosión de cambios, un volcán de sensaciones.

Penchi decidió enterrar la soberbia, la fama y el poder que ostentó como periodista por muchos años para darle paso a su nueva vida como monje franciscano.

Hacia la Disertación

Está en plena transición, pero todo el que lo conoce se da cuenta de que es otro.

Ha sido intenso, confiesa. Y la disciplina que le espera será fuerte.

Pero está feliz. No hay marcha atrás.

Hará votos de pobreza, de castidad y de obediencia. Dormirá en el piso. Caminará descalzo. Orará por siete horas al día. Vivirá para ayudar al prójimo, para elevar su espíritu y para abrazar la austeridad.

“Mi vida de ser grande se acabó. Mi vida de periodista, de ser famoso, se acabó. Yo voy a ser un fraile, como Francisco de Asís”, reveló Penchi a Primera Hora con una voz suave.

<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7302061392394882"

     crossorigin="anonymous"></script>

Por loveo

Deja una respuesta

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com