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En menos de un año ha descubierto dolores y alegrías sin precedentes para él. De cara a la muerte de su madre y el nacimiento de su unigénita Amanda Zoé, Tommy Torres sabía que su regreso a los escenarios de Puerto Rico sería más emotivo que nunca. No soltó lágrimas, pero el cantautor boricua pudo atrapar anoche a su fanaticada en un huracán de sentimientos.
La última función en suelo puertorriqueño de su concierto 12 historias demostró precisamente eso en un casi abarrotado Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, en Hato Rey. En sí, el espectáculo pareció una historia con vida propia desde que una luz enfocó un micrófono sobre el cual colgaba un sombrero que el artista luego se puso mientras el público le brindaba su primera ovación.
De pie, la multitud escuchó los primeros acordes de El abrigo, número de su más reciente álbum. De ese disco, que da nombre al show, el intérprete conectó otros siete temas. Entre ellos estuvieron Un día más, 11:11, Sin ti y Corazón roto, que la muchedumbre no dejó de corear. “¡Qué rico es volver a casa! ¡Qué lindos se ven!”, expresó.
Durante el concierto, una pantalla gigante proyectó imágenes abstractas y de pinturas que daban la impresión de ampliar la tarima o se movían hasta crear figuras como carros, relojes, barcos y túneles. Con elementos tan acústicos como modernos, el cambia y cambia de luces de distintos colores también ayudó a transformar el Coliseo en distintos ambientes.
El ambiente volvió a cambiar cuando Willie Rodríguez, cantante de Cultura Profética, unió su voz en el sencillo Mientras tanto. “Por si no lo saben, es mi primo hermano”, explicó Tommy, previo a trasladarse a otra tarima detrás del Coliseo “para cantarles más pegaditos”.
El gentío igual enardeció tan pronto el pelotero retirado Carlos Delgado le regaló una camiseta con el número que usaba cuando jugaba en las Grandes Ligas y subió al escenario como si fuera a cantar Querido Tommy. Luego aclaró que “eso del romanticismo es un juego de ajedrez y se lo dejo a los profesionales”. En efecto, el músico vocalizó el sencillo poco antes de despedirse con Cómo olvidar. Otro momento memorable sobrevino cuando Tommy subrayó su talento como compositor al entonar, de forma acústica, algunos de los éxitos que produjo para Ricky Martin, Ednita Nazario, Alejandro Sanz y Jesse y Joy.
La jornada contó con un repertorio de poco más de 25 temas. Como de costumbre, el productor musical apenas soltó la guitarra e interpretó sus canciones de forma casi hablada. La audiencia respaldó su estilo coreando cortes como Vinito pa’l corazón, Mar adentro, De rodillas, Un poquito, Pegadito e Imparable, éxitos que ha cosechado desde que se lanzó como solista en el 2001.
Pero hubo espacio para la risa. Tras explicar que grababa el show para su “primer DVD”, Tommy admitió que se había puesto un chaleco al revés. “Van a formar parte mi historia”, destacó.
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