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Frances Tirado / Primera Hora
El pasado martes 13, la animadora y bailarina Sonya Cortés sintió que volvió a nacer tras caer en un barranco mientras manejaba su auto en la noche por el barrio Camarones, en Guaynabo, luego de salir de la emisora radial La X, donde labora.
Sonya Cortés revela a Primera Hora que se dirigía a su residencia en Caguas por una ruta alterna y, para su sorpresa, uno de los cuatro neumáticos de su auto Lexus 250 color blanco se reventó, por lo que el auto comenzó a dar vueltas en el pavimento, chocando con otros vehículos hasta caer por el precipicio.
Al caer por el risco, la artista, que llevaba puesto su cinturón de seguridad y siempre estuvo consciente, narra que “vi que no tenía control del carro y lo solté y sólo decía: ‘Mi Dios y mis ángeles, pongan un árbol en el camino para que el carro frene’, y así fue”.
Las personas con las que la locutora había chocado fueron a rescatarla, pero la artista, al no saber quiénes eran, temió por su vida y hasta pensó que la violarían, pero fue todo lo contrario. Una de las personas se llama Ángel Aníbal, alias “Tito”, y para ella el nombre de Ángel es una señal de Dios.
“Yo no sabía si ellos me habían dado para que esto sucediera y venir a violarme. Yo le decía: ‘No me hagas daño, por favor’ y él me decía: ‘Dame la mano, que lo que quiero es ayudarte’. Ellos me ayudaron a subir a la carretera y yo hasta de unas ramas me tuve que agarrar para poder subir”, sostiene.
Recalca que los rescatistas le dijeron: “si esto te pasa dos pies a la derecha, caes en el río”. “Por primera vez me sentí cerca de una tragedia y hasta de la muerte. Fue una cosa bien impactante para mí. Llamé a Ediel (Varela, su esposo), y cuando vino, lloró como una nena, me abrazó, me tocó el pecho, la cabeza y el cuello para ver si estaba bien. Yo estoy machucá por la fuerza que hice para controlar el carro, gracias a Dios no me pasó nada”, detalla.
Curiosamente, el día de los hechos a Sonya Cortés la impactó un camión cerca del lugar donde más tarde perdió el control, y había llegado a un acuerdo con la persona que la chocó.
En cuanto a sus emociones, revela que, una vez estuvo a salvo tras el accidente, en la noche “lloré y mi cuerpo temblaba como una hoja cuando el viento le da. Soy una mujer que me gusta tener el control ante todos hasta en situaciones de pánico.”
De esta experiencia aprendió a seguir consejos porque le gusta darlos, pero no aplicarlos, ya que su esposo le venía diciendo que no tomara esa ruta en la que tuvo el accidente.
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