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Rosalina Marrero-Rodríguez / Enviada especial
Nueva York. Ricky Martin logró quitarse el glamur de estrella pop para entrar en los pantalones de un “Che” sencillo, pícaro, misterioso, que es tanto la voz del pueblo argentino, como la conciencia de “Evita”.
Su presencia en escena es tan constante como la del personaje de “Eva Perón” que, de forma espectacular, caracteriza la actriz Elena Roger. En su función de narrador, “Che” carga junto con la protagonista el peso de la pieza musical y lo hace con notable confianza, chispa y humor. Es su personaje el que provoca la risa en el transcurso de la historia original de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber.
“Ha sido un viaje maravilloso. Digo que lo que hice con Les Misérables y lo que estoy haciendo con ‘Che’ ahora tiene una similitud porque yo hablo en nombre de la gente y en Les Misérables yo hice lo mismo con el personaje de ‘Marius’”, detalló el vocalista en una conferencia de prensa posterior a la función del pasado lunes.
En el plano histriónico y vocal, Ricky Martin convence sin mucho esfuerzo. El artista lució cómodo y, cual lo hace en sus conciertos, se adueñó del espacio acaparando la atención y admiración de la audiencia. De la misma forma, logró una clara interpretación de los temas en inglés, tanto en los registros altos y bajos como en su dicción.
Como era inevitable, hubo momentos en que saltaba a la vista la imagen del cantante en tarima. Su manera tan peculiar de gesticular y de mover sus manos y piernas transportaban por instantes al astro boricua que mueve multitudes con su música.
“Estoy en un lugar fascinante en mi vida al día de hoy, física, espiritual, mentalmente y creo que este viaje rodeado de gente tan maravillosa, grandes actores, directores, me hace sentir protegido y lo único que puedo sentir es un crecimiento profesional, y estoy aquí para aprender. Yo todos los días quiero aprender y creo que ha sido fascinante y estamos empezando”, afirmó Ricky Martin.
En la primera presentación de una jornada que se extenderá por un año, el intérprete contó con el apoyo de su novio, Carlos González, quien estuvo entre el público que llenó el eaTeatro Marquis (con capacidad de 1,400 butacas), algo poco común en las funciones preestreno, según la producción.
Los gemelos de tres años y medio, Matteo y Valentino, no asistieron, pero, según contó su padre, tiene mucho tiempo para compartir con ellos entre ensayos, ya sea que lo visitan en el teatro o que lo esperan en la noche para dormir.
Al comparar su presencia en el escenario musical y el teatral, Ricky Martin recordó su tiempo en Menudo.
“Me atrevería a decir que el comienzo de mi carrera fue en una agrupación de niños que, para mí, fue muy teatral, fue un movimiento musical que recorrió el mundo entero y estoy hablando de Menudo. Yo era parte de un concepto y de una historia que estaba moviendo masas”, dijo el cantante acompañado de los actores Elena Roger y Michael Cerveris, y del director Michael Grandage.
“Aquí son 1,400 personas y de momento en Puerto Rico son 16,000… Esto es un poco más íntimo, es un toque un poco más clásico, y aquí estoy llevando el personaje que, aunque es un lienzo en blanco, porque puedo ser tantas personas a la vez, en el concierto yo soy Ricky”, detalló el actor, quien pasará todo el 2012 en Nueva York.
Ricky Martin, sin duda, tuvo un sólido regreso a Broadway, algo que pudo sentir de inmediato ante el cálido aplauso que recibió de los asistentes, que lo mismo aplaudían que dejaban escapar los gritos.
“He sentido emociones que no había sentido nunca antes en un escenario y nada más puro que el fortalecimiento como persona y como artista”, puntualizó el orgullo puertorriqueño poco antes de ser despedido por una multitud a las afueras del teatro.
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