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Dicen que compartir todo en Facebook, Twitter y otras redes sociales es como abrir la puerta de tu casa. Pero algunos piensan que debe existir un límite y que no todos deben tener acceso a tu vida, a lo que haces 24/7.
“Debemos tratar de ser más estrictos y mantener mayor confidencialidad en la información que compartimos a través de las redes. Son numerosos los casos de escalamientos, hurtos y robo de identidad, entre otros delitos, como consecuencia de ofrecer información de índole privada a través de los diversos equipos electrónicos”, explica la psicóloga Mayra del Carmen Rosado.
Así las cosas, sugiere que los padres supervisen o monitoreen las computadoras de sus hijos cuando éstas se encuentren en los dormitorios.
“Muchos de ellos pueden ser víctimas de bullying por personas anónimas. Recuerden que es más fácil ser cruel a través de un texto que en persona”, dice.
Rosado agrega, que nos podemos “autoimponer” un límite en cuanto a la información que compartimos.
“Hay información que debemos mantener de manera privada y debemos saber identificar a quiénes le damos acceso y a quiénes no. Salir o llegar a la casa en una hora establecida en la red, comunicar que te vas de vacaciones en una fecha indicada son algunos ejemplos de información que puede ser peligrosa. Antes de sentarte en tu computadora establece la información que nunca ofrecerás de antemano. Esto te ayudará a establecer tus límites cibernéticos. Los padres de niños y adolescentes pueden aprender más en cursos de capacitación sobre la seguridad y responsabilidad en la internet”, dice, no sin antes destacar que de igual manera hay que tomar precauciones cuando nuestros hijos tienen acceso a un celular con internet.
Entre las consecuencias negativas tras una invasión a la privacidad, destaca, estaría un posible daño emocional o negligencia.
“Son varios los casos en los Estados Unidos donde niños se han suicidado por haber sido víctimas de bullying a través de las redes sociales. A su vez, conozco el caso de un amigo que salvó la vida de un adolescente -a través de la internet- que intentaba suicidarse. Debemos hablar más de cosas positivas en el presente y en el futuro. Los depredadores sexuales están contínuamente buscando sus víctimas a través de las redes”, apunta.
¿Y cuando opinamos?
De igual modo, recalca Rosado, nuestras opiniones a través de las redes pueden levantar toda una ola de comentarios y ser tergiversadas.
“Todo ciudadano tiene derecho a emitir su opinión pero respetando la del prójimo, es decir, sin ofensas y permitiendo que otras personas puedan diferir de la suya. El ser vulnerables -al usar Facebook o Twitter- nos puede traer consecuencias a nivel emocional y físico. Los llamados ‘amigos’ son personas que apenas conocemos y algunos de ellos nos puede ocasionar daño”.
Compartir todo tipo de fotos en las redes, ya sabemos, también puede traer consecuencias.
“Por ejemplo, una imagen en la que aparezcas con alguna bebida alcohólica en la mano, puede tener secuela. Eso puede ser suficiente motivo para despedirte de tu trabajo. Cualquier momento embarazoso en tu vida estará ahí en récord. Recuerda utilizar privacy settings en Facebook”, agrega Rosado.
Reglas básicas
1- Evita relacionarte con personas que no conoces.
2- Evita hacer comentarios agresivos relacionados con política, religión o asuntos morales.
3- Recuerda que, cuando colocas información personal, muchas personas -inclusive quienes no son tus amigos- pueden tener acceso.
4- No publiques cada paso que das. No permitas que ningún “amigo” pueda seguir tu rastro.
5- Si te diviertes con aplicaciones y juegos, ¡perfecto!, ten en cuenta que eso no significa que a tus amigos les agrada recibir invitaciones.
6- Antes de colgar una foto, verifica que todos los que están allí aprueben su publicación.
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