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En esta misma época el año pasado, Google lanzó un video que mostraba a un hombre ciego manejando un carro. En las imágenes se veía al hombre pasando en su auto por una ventanilla de atención al cliente cerca a su casa, en San Jose, California, y después recogiendo su ropa en una lavandería.
Steve Mahan, el conductor, dirige el Centro para Ciegos en el Valle de Santa Clara y no se había sentado en el asiento delantero del carro desde que renunció a su licencia hace ocho años, tras haber perdido el 95% de la vista.
En esta ocasión, lo único que tuvo que hacer fue presionar un botón.
Lo hizo con la ayuda de un pasajero, pero la intención del video era mostrar la intención de hacer que la conducción sea más accesible y segura para todos.
"He notado que se está hablando mucho sobre el tema, sobre todo en la comunidad de ciegos", dice Mahan.
"En Estados Unidos tener una licencia de conducir es fundamental. Representa la libertad de ir y venir a donde sea". Los carros y los vehículos particulares son parte importante del sentido de la independencia y del poder personal".
Esto, sumado a que el transporte público es poco eficiente en EE.UU., hace que las personas ciegas se sientan impotentes ante la imposibilidad de manejar.
"Hemos tenido clientes que vienen únicamente a sentarse en los vehículos que solían manejar antes de perder la vista y encienden el motor sólo para sentir que están al volante".
La tecnología de los llamados "carros sin conductor" utiliza una combinación de GPS, láser, radar y datos del terreno en 3D que probablemente fueron capturados por otros carros de Google, los mismos que tomaron las fotografías de la función "Street View".
Mahan, de 60 años, cree que es factible que las personas manejen y, después de haber ensayado en varias oportunidades el carro de Google, dice que se sentiría lo suficientemente seguro para manejarlo solo si éste tuviera controles de voz.
Escepticismo
Otros son mucho más escépticos al respecto.
"Me sorprendería que en los próximos cinco años estos productos salgan al mercado y que estemos legalmente autorizados a conducirlos", dice Hugh Huddy, del Instituto Real Nacional para Personas Ciegas y quien también es ciego.
Y es que, aunque la tecnología apunte a esa dirección, hay otras barreras que dificultan su realización, en especial la oposición de legisladores y de otros conductores.
Google ha tenido éxito abogando por la causa en los estados de Nevada, California y Florida- los tres han aprobado leyes que permiten que se realicen pruebas con los carros automatizados en sus carreteras.
Pero esto no implica que las personas con problemas de visión puedan solicitar una licencia.
A Huddy le preocupa el tema de los seguros y de la responsabilidad civil.
"En caso de un accidente las consecuencias pueden ser fatales, tanto para la persona al volante como para otros, y hay casos en los que la tecnología no te puede salvar", dice.
Hasta ahora los carros automatizados de Google han recorrido más de 480.000 kilómetros sin causar ningún accidente. Incluso se dice que son más seguros que los conductores promedio.
Ingmar Posner, un ingeniero del grupo de robótica móvil de la Universidad de Oxford, hace parte de un equipo de expertos que está desarrollando un vehículo parcialmente automatizado.
"Imagina que un día estés a punto de tomar la autopista que tomas todos los días para ir al trabajo y aparezca un mensaje en tu tablero que diga: “Sé exactamente en donde estoy, si lo deseas, puedo tomar el relevo en los próximos 500 metros", apunta.
Un carro futurista
La idea futurista de que exista un vehículo totalmente automatizado en el cual poder sentarse y leer mientras nos tomamos un capuchino camino al trabajo está tomando forma, pero todavía está lejos de salir la venta.
Lo que sí está a punto de convertirse en realidad es la posibilidad de tener un carro con pequeñas funciones automatizadas, como el controlar el carro en los atascos, mantenerlo dentro de las líneas de los carriles o auto-parquearlo.
Todo esto a cortesía de compañías como la Toyota, Mercedes y BMW.
Posner cree que su carro llegará a las salas de exhibición en 10 o 15 años, pero duda de que una persona totalmente ciega pueda manejarlo.
"Lo que si es posible a corto plazo es que el uso de ayudas en el campo visual ayuden a las personas ciegas a detectar las líneas de los carriles”, dice.
"Hoy en día hay vehículos capaces de detectar la presencia de peatones, por lo que cada vez hay menos barreras entre la ceguera y la posibilidad de conducir”.
Aún así, hay mucha gente que no está convencida de que sea sensato permitir que alguien que no puede ver esté al mando de un vehículo.
Mahan cree que la implementación de funciones automatizadas, con el tiempo sentará las bases para que algún día la idea de que los ciegos conduzcan sea aceptada.
"No es que la gente vaya a sentirse más segura con los conductores ciegos, pero si va a confiar en las tecnologías que permitan la auto conducción”, explica.
Aclara que, aún si se logra, la posibilidad de manejar no solucionará todos los problemas a los que se enfrentan las personas con discapacidad visual.
"Hay otros obstáculos por resolver, como cómo salir del coche y encontrar el camino hacia donde te diriges una vez que el vehículo se haya auto estacionado", dice.
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