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Manny Pacquiao ya se cansó de mostrar clase, de pretender que no le importa.
Al fin tiene a Floyd Mayweather Jr. donde quería. Y en esta ocasión no piensa permitir que escape sin pelear.
"Creo que es hora de decir algo", dijo Pacquiao el domingo, luego de superar a Chris Algieri de forma convincente en esta región controlada por China y famosa por sus casinos. "Los espectadores merecen esa pelea. Es momento de realizar esa pelea".
Desde luego, el que eso suceda en realidad depende de que Mayweather estampe su firma. Y durante la mayor parte de los últimos cinco años, el estadounidense ha dado una excusa tras otra para no realizar la única pelea que los fanáticos realmente quieren ver.
Ha manifestado sospechas de que Pacquiao utilizaba esteroides, y se rehusó a negociar con su promotor. Cuando Pacquiao fue noqueado por el mexicano Juan Manuel Márquez, Mayweather dijo que no valía la pena tomarse el tiempo de siquiera mencionar el nombre del filipino.
Pero ahora Mayweather estaría arrinconado por varias razones y desde distintos ángulos. La presión está en aumento para realizar el combate en alguna parte de la primera mitad del año. De lo contrario, "Money" Mayweather podría ser el blanco eterno de la ira de los aficionados que contribuyeron directamente a que ganara sus enormes cheques.
Y de repente, la posibilidad de realizar la pelea más económicamente redituable de la historia no luce más como una fantasía.
"Contesta el teléfono, tan fácil como eso", señaló el promotor Bob Arum cuando se le preguntó lo que se necesita para realizar el combate. "Si el boxeo se considerará como uno de los deportes principales, esta pelea tiene que hacerse. Necesitan ceder con los sinsentidos. Ya no hay excusas".
Mayweather dejó la puerta entreabierta tras su triunfo sobre el argentino Marcos Maidana en septiembre, señalando que estaría dispuesto a discutir la posibilidad de una pelea.
"Si se da la pelea con Pacquiao, se dará", dijo Mayweather. "Puedes hacer las mismas preguntas y recibir las mismas respuestas. Yo elijo mi destino".
Existen varios obstáculos para que la pelea, de hecho, se lleve a cabo, y sin duda uno de ellos es la disposición de Mayweather, de poner en juego su inmaculada foja hacia el final de su carrera. También existen detalles con los promotores, los contratos televisivos, cómo dividir la bolsa de la pelea, e incluso los legados.
Pero Arum ha sostenido conversaciones exploratorias con Les Moonves, la cabeza de CBS Corp., que posee la cadena Showtime, con la que Mayweather tiene una obligación contractual para realizar dos peleas más.
Y es irrefutable el hecho de que ambos peleadores prácticamente se han quedado sin oponentes por los que los aficionados paguen buen dinero para contratar la transmisión en la modalidad de pago por ver. Ese no sería el caso de realizarse la megafunción que rompería todos los récords y provocaría que ambos púgiles ganaran mucho más de los $20 a %30 millones que devengan generalmente por una pelea.
"Me preguntan sobre eso a donde vaya", dijo Arum sobre la contienda Pacquiao-Mayweather. "Si estoy en un avión la persona a mi lado me pregunta. Si voy al baño, el que atiende ahí me pregunta".
Ninguno de los dos es el mismo de hace cinco años, cuando comenzó el clamor para realizar el combate. El tiempo ha pasado factura, aunque no muy evidente, en sus reflejos y velocidad.
Pero todavía les queda mucho boxeo, como lo demostró Pacquiao al derribar a Algieri seis veces en camino a una decisión muy desigual.
"El tipo es tan bueno como se promueve", dijo Algieri luego de que Pacquiao cortara de tajo su historia de Rocky enfrente del mismo Sylvester Stallone. "Es un gran campeón y uno de los grandes boxeadores de su era".
El plan de Algieri era contener la embestida inicial ante Pacquiao y buscar el triunfo en los rounds finales, pero no lo ejecutó bien. Algierie corrió durante gran parte del combate y no mostró disposición al intercambio de golpes, por lo que estuvo fuera de la pelea antes de que llegara al cuarto asalto.
Fue un triunfo clásico para Pacquiao, quien lo necesitaba desesperadamente. Su plan era el demostrar que aún tenía poder luego de cinco años sin un nocaut, y siguió derribando a Algieri aunque no pudo liquidarlo.
Luego de eso, Pacquiao se mantuvo en el centro del ring e imitó un comercial de Foot Locker que protagoniza, en el que salta de un lado al otro y grita emocionado "¿Va a pelear contra mí? ¡Sí! ¡Sí!"
No tan rápido, tal vez. Tienen que darse varias cosas antes de que la pelea realmente suceda. Las posibilidades de que no se realice el combate siguen siendo mayores a aquellas de que realmente suceda.
Pero tal vez sea momento para que los seguidores del boxeo puedan, por lo menos, emocionarse también.
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