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Hacia la Disertación

Leonor está lejos de ser una trapecista del Cirque du Soleil, pero cada mañana en el baño, luego de que el marido y los 2 hijos se han marchado, cada quien a sus deberes, la asesora comercial se entrega a la rutina gimnástica de 30 minutos que le permite tonificar una región muscular que ignoraba fuera tan importante para obtener orgasmos placenteros. "Lo supe así, de refilón, cuando le conté al ginecólogo que estaba perdiendo la capacidad para retener el pene de mi esposo y él me recomendó los ejercicios de Kegel".





Se trata de movimientos de contracción del músculo pubococcígeo, destinados a fortalecer los músculos pélvicos, y que sirven además para evitar alteraciones comunes como incontinencia urinaria e incluso facilitar el parto. Deben su nombre al doctor Arnold Kegel, que los desarrolló en 1943 como método para controlar la incontinencia urinaria, y luego se aplicó en el campo sexual porque ayudan a conseguir más placer sexual.





"Entrenar con los ejercicios de Kegel los músculos pubococcígeos, alrededor de cuatro veces por día, tonifica la vagina, y posteriormente se puede practicar una vez al día", explica Luz Suárez Nuno, sexóloga y profesora de la Universidad del Zulia, quien destaca que la región pubococcígea, llamada también músculo del amor, es el más importante de los que forman el suelo pélvico, y es responsable de las contracciones de la vagina. Por lo tanto, juega un papel fundamental en las relaciones sexuales.





Mediante los ejercicios se consigue mejorar el funcionamiento de las glándulas encargadas de la producción del líquido lubricante. Así, al poco tiempo de practicarlos, la mujer notará aumento de la lubricación y sensibilidad que ayudará en sus relaciones sexuales.





"La ventaja de esta rutina es que nadie se dará cuenta de se está ejercitando la vagina, porque mientras los ejecuta puede leer, conducir, caminar, hablar por teléfono y conversar con los vecinos". La sexóloga advierte que, como cualquier músculo, los resultados no son inmediatos, pero asegura que en dos meses de entrenamiento sistemático se verán los efectos.





Más allá de la caída. Otro tema asociado a ese malestar íntimo en la mujer es la caída del suelo pélvico, una dificultad que, en el caso de Leonor, se acentuaba al caminar y la obligaba a orinar a menudo.





La molestia que puede padecer hombres y mujeres es superada tras un proceso de rehabilitación, mediante empleo de recursos terapéuticos novedosos, lo que permitie fortalecer los músculos que sujetan la parte más baja del paquete abdominal. "Se denomina suelo pélvico al grupo de músculos delimitados por las nalgas, muslos y la pelvis, y cuya importancia reside en que sirve de sostén natural a los órganos de la parte baja del abdomen: vejiga, útero, intestino inferior", indica Ariel Kaufman, quien, junto con el doctor Roberto Benatuil, utiliza el Programa de Rehabilitación de Suelo Pélvico del Hospital de Clínicas Caracas.





Ambos especialistas advierten que la rehabilitación del suelo pélvico no es sólo para mujeres, ya que hombres, e incluso niños, pueden sufrir de tal disfunción: "La pelvis masculina se diferencia de la femenina en tamaño, estructura y función. Sin embargo, la rehabilitación del suelo pélvico mediante recursos terapéuticos novedosos ayuda a restablecer y fortalecer funciones importantes como el control esfinteriano y la calidad de la actividad sexual tanto en mujeres como en hombres".

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Por loveo

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