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Héctor Aponte Alequín/Primera Hora

Cuando Marc Anthony sube al escenario, cualquier asunto noticioso acerca de su vida personal queda opacado. El cantante neoyorquino de origen puertorriqueño comprobó que hay por lo menos 18,000 personas a quienes les interesa más su música que su estatus civil en el concierto que ofreció la noche del sábado ante un lleno Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey.

Y entre esa mulitud se encontró su ex esposa, Dayanara Torres, quien fue a verlo junto con el hijo mayor de ambos, Cristian. De hecho, el artista subió al pequeño de 10 años de edad al escenario para abrazarlo al final del show.

A los espectadores pareció importarles poco que el repertorio fuera casi idéntico al de la función que brindó en octubre del año pasado en ese escenario. Tampoco tomaron como fallo que la orquesta de 16 músicos, dirigida por Ángel Fernández, estuviera colocada otra vez en tres niveles en la tarima, ni que Marc haya interactuado de la misma forma que en sus presentaciones anteriores: brincando de lado a lado, besando el suelo, diciendo frases como “¡No lo creo, no lo creo!” y “Check it out, baby!”, y por su puesto, casi sollozando al entonar Preciosa con la bandera de Puerto Rico de fondo.

Al contrario, dio la impresión de que esos elementos son atributos que no pueden faltar para que los fanáticos estén contentos, a juzgar por los sonoros aplausos, alaridos y sonrisas que se multiplicaron en ese recinto cada vez que el artista de 43 años de edad interactuaba con ellos de esa forma.

“Gracias por la oportunidad y todo el respaldo y ese calor que me han brindado no solamente todos los años, pero este año especialmente. Gracias, los quiero mucho”, dijo casi llorando para luego besar el piso antes del número Valió la pena, el quinto de la velada.

Junto con la calidad vocal del solista, capaz de sostener notas altas por más de 10 segundos, la audiencia pudo disfrutar esta vez de un Marc más suelto a la hora de bromear y hacer gestos como cejas alzadas, cucharitas y mordidas de labio inferior, según lo dictaran las letras de las 14 canciones que interpretó.

“¡Qué lindos son! Cada vez que vengo a Puerto Rico se siente… Esto lo he dicho, pero estoy en casa. Esto es como un barbecue. Estamos jangueando, verdad… y me van a pasar una friíta”, bromeó el artista, cuyas gafas oscuras, las que mantuvo hasta la segunda canción, Y hubo alguien, fueron más pequeñas que las usuales.

En cuanto al repertorio, primaron sus éxitos radiales por encima de los números de su más reciente disco de covers, Iconos. La gran ausente de la lista fue No me ames, melodía en la que lo solía acompañar su colega Jennifer López, de quien se está divorciando desde principios de año.

“Cristian, are you ok?”, le dijo en otro momento, aparentemente, a su hijo mayor, Cristian, procreado junto con la Miss Universe 1993 puertorriqueña Dayanara Torres.

Bien boricua

El evento comenzó a las 9:30 de la noche cuando el intérprete apareció en el tercer nivel de la tarima con una sonrisa de oreja a oreja y los brazos extendidos. De inmediato, cantó I Need to Know y prosiguió con Y hubo alguien, número durante el cual las gotas de sudor le empezaron a chorrear mientras le cedía el micrófono a la audiencia. De hecho, ésta fue la canción más coreada junto con Te conozco bien.

Hacia la Disertación

Como de costumbre, Marc se ocupó de destacar las raíces boricuas en los arreglos de los temas. Por ejemplo, el cuatro puertorriqueño se asomó en las manos de Nelson González al presentar Hasta ayer.

Pero antes estuvo Aguanile, una letra de orgullo afrocaribeño que motivó a varios hombres del público a gritarle: “¡Marc, te amo!”.

El romanticismo, que también se le da muy bien, lo repartió con Almohada e Y cómo es él. Cerca del final, a las 11:20 de la noche, la ricura rítmica se recuperó con Mi gente,  Te conozco bien y Tu amor me hace bien, para cerrar con el ya típico sentimentalismo de Preciosa.

Dayanara se lo goza

Esta faceta del espectáculo hizo las delicias de Dayanara, quien coreó Contra la corriente y Te conozco bien al tiempo que el pequeño Cristian se contoneaba y enviaba guiños a su padre. Estas muestras de cariño fueron respondidas por Marc, quien no lo perdía de vista y le sonreía también a la madre.

La actriz y modelo no ofreció entrevistas, pero posó sin problemas para las cámaras fotográficas y de vídeo, y accedió a sacarse fotos con las personas de la audiencia que se le acercaron.

Calidad en la producción

A pesar de dos o tres baches entre canción y canción, este concierto de Marc Anthony se caracterizó por un sonido impecable y la utilización variada de las cinco pantallas gigantes que rodearon la tarima. A diferencia de lo que ocurre en otros espectáculos, en éste la voz del artista nunca quedó opacada por la de la orquesta, así como se aprovecharon los momentos en los que se destacaban conjuntos de instrumentos, como la guitarra eléctrica, los vientos y la percusión.

En cuanto a las imágenes, en los monitores se proyectaron distintas tomas de Marc simultáneamente, combinadas con secuencias audiovisuales alusivas a las letras de las canciones; por ejemplo, velas de un templo en el caso de Aguanile.

De esa manera, el baile, el canto y la emoción del fanatismo convivieron en el Coliseo a sus anchas durante las casi dos horas que duró el show.

Repertorio:

1 – I Need to Know
2 – Y hubo alguien
3 – Aguanile
4 – Hasta ayer
5 – Valió la pena
6 – Almohada
7 – Si te vas
8 – Y cómo es él
9 – Contra la corriente
10 – Hasta que te conocí
11 – Mi gente
12 – Te conozco bien
13 – Tu amor me hace bien
14 – Preciosa

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Por loveo

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