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Puede parecer extraño que en la época de los teléfonos inteligentes, las tabletas y los ordenadores portátiles haya quien desempolve los engranajes de las antiguas máquinas de escribir para desarrollar una idea de negocio digital.
Pero esto es precisamente lo que se ha propuesto el actor estadounidense Tom Hanks, cuya pasión por estas herramientas le llevó a lanzar Hanx Writer, un procesador de textos que convierte el iPad en una máquina de escribir.
La aplicación no sólo reproduce el clásico cliqueteo de las teclas, sino que ofrece la opción de compartir los textos por email, imprimir y tachar con aspas los errores tipográficos o, si se prefiere una alternativa más moderna, borrarlos directamente.
El programa es gratuito, aunque dispone de diferentes actualizaciones para descargar otros modelos del catálogo por 2,99 dólares cada uno. La parte negativa es que, por ahora, su teclado no está adaptado al castellano.
La idea de Hanks, que en un principio se dirige a un nicho de mercado muy reducido, ha supuesto una revolución en la lista de ventas de la App Store de Apple, donde se ha colado como la aplicación más descargada en Estados Unidos sólo unos días después de su lanzamiento.
Hay varias razones que podrían explicar este éxito. Una de ellas es la nostalgia, un sentimiento que durante los últimos años ha sido el perfecto aliado de los desarrolladores de aplicaciones como Instagram o de los creativos de agencias de publicidad, editoriales y medios de comunicación. Una tendencia global que también ha dejado su impronta en la moda.
Así, por ejemplo, en Londres, tener una máquina de escribir es el último grito vintage. Un artículo publicado el pasado 28 de julio en Financial Times reconocía que “los hipsters tienen la llave para rescatar las máquinas de escribir del olvido”. Y así lo están haciendo. Una misión que ahora también pueden trasladar a sus tabletas.
El citado reportaje informaba tambien de que los departamentos de inteligencia de Alemania y Rusia están estudiando la posibilidad de volver a escribir los documentos más sensibles a máquina para eludir los riesgos que entraña el ciberespionaje.
Así las cosas, parece que Tom Hanks ha elegido el momento adecuado para lanzar este producto. No en vano, el actor y productor se define como un enamorado de las máquinas de escribir y confiesa que colecciona más de doscientas en su casa. “Es una herramienta que utilizo casi a diario, como el correo postal”, contaba hace un año en The New York Times, y añadía que “a pesar de que responder la correspondencia, redactar notas de agradecimiento y hacer las listas de tareas pendientes son asuntos aburridos, su proceso de creación me satisface como pocas tareas diarias”.
Reconoce “eso sí” que para trabajar utiliza un ordenador.
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