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Acompañada por familiares, vecinos y un nutrido grupo de sus fans, Gremal Maldonado dio cristiana sepultura a su abuelo Ramón Maldonado en la tarde del sábado en el cementerio municipal de Salinas.
Bajo los acordes musicales del grupo Tercer Cielo, partió la comitiva fúnebre desde la residencia de Ramón y Carmín Meléndez en las parcelas Coquí, en Salinas, hacia la pista Salinas Speedway, donde el difunto trabajó por más de 24 años, y allí se le rindió homenaje póstumo.
Visiblemente afectada y apoyada por sus familiares, Gremal Maldonado hizo su entrada al camposanto, donde descansan para siempre los restos del abuelo que la crió y que la quiso como su propia hija.
La ganadora de la segunda edición de Idol Puerto Rico no se despegó ni un solo segundo del ataúd del caballero que le dio su apellido.
Las palabras de gratitud y reconocimiento a don Ramón Maldonado por sus grandes obras en el mundo terrenal no se hicieron esperar.
“Ramón Maldonado fue un gran hombre, buen hijo, padre, buen abuelo y buen amigo, esas palabras que ustedes tienen escritas en su suéter simplifican lo que fue este hombre humilde y sencillo. Desde el cielo debe estar bien contento porque el Señor le dio muchas satisfacciones y una familia que le ha demostrado durante su vida y en este momento que lo amaban. Por eso, hay un pueblo reunido diciéndole hasta luego. Hoy quedó demostrado que el amor de Ramón está latente en cada uno de los aquí presentes”, manifestó Aníbal Rivera, director y embalsamador de la Funeraria San Blas, en Salinas, quien despidió el duelo y dio las gracias a nombre de Carmín Meléndez, viuda de don Ramón Maldonado.
Otro momento emotivo que arrancó lágrimas de la novel vocalista fue la participación de las jovencitas Karely y Karymar, sobrinas de don Ramón, quienes interpretaron a capela el tema religioso Como saqueo.
También tomaron la palabra y dieron el último adiós con hermosos mensajes de amor a Ramón Maldonado don Antonio Meléndez, su suegro, y Agustín Fajardo, su hijo de crianza.
Una vez finalizaron las exequias, Gremal Maldonado, consolada por sus primos, se marchó del lugar.
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