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Apodado El Caballero de la Salsa, Gilberto Santa Rosa ha sido uno de los intérpretes más destacados del género, particularmente desde la década de 1990. Desde muy temprana edad se manifestó su afición a la música, que le llevó a organizar un primer conjunto de aficionados. Con sólo catorce años grabó ya sus primeras canciones, gracias al trompetista y director de orquesta Mario Ortiz.
Su primer grupo como cantante profesional fue la Orquesta Grande; posteriormente, a raíz de una actuación en 1980 en homenaje a Eddie Palmieri, se unió a la banda de Tommy Olivencia, Después cantó un tiempo con la orquesta de Willie Rosario, con la que grabaría seis álbumes.
En 1986 emprendió su carrera en solitario al frente de su propia orquesta dentro de la firma discográfica Combo Records, del productor Ralph Cartagena. Su primer disco como solista llevó el título de Good vibrations.
A éste le siguieron tres trabajos más con la misma discográfica, que abandonó en 1990 para firmar por la CBS Records (después Sony Records). Ese mismo año salió publicado Punto de vista, un álbum de salsa romántica que fue disco de platino y número uno de las listas latinas gracias a sus exitosos temas Vivir sin ella y Perdóname. El disco le valió además el premio al mejor cantante latino concedido por el Billboard.
En 1991 su disco Perspectiva confirmó una brillante trayectoria artística y le abrió nuevos mercados. En mayo de este año debutó en España en una serie de conciertos en los que compartió escenario con los también caribeños Pete Rodríguez, Johnny Pacheco y Roberto Torres, y en septiembre realizó una gira centroeuropea igualmente exitosa.
En 1992 grabó un disco en homenaje al cantante Tito Rodríguez titulado A dos tiempos de un tiempo. A este trabajo le siguieron Nace aquí (1993) y De cara al viento (1994), que sería su tarjeta de presentación en Japón, país que visitó en 1995. T
ras la publicación de Esencia, en 1996, y De corazón, al año siguiente, en 1999 llegó su exitoso Expresión, disco que consolidó su posición en el mercado internacional de la música latina y que incluía bombazos como Déjate querer y especialmente Que alguien me diga, número uno del Billboard durante varias semanas.
Santa Rosa fue uno de los primeros intérpretes en fundir la música salsera con la clásica, con resultados como su conocido trabajo Salsa Sinfónica, que presentó en el Centro de Bellas Artes de su isla natal acompañado por la Orquesta Sinfónica Puertorriqueña.
Además de esta histórica actuación, son muy recordados los conciertos dados por él en el Carnegie Hall de Nueva York en 1995 (que sería recogido en el disco en directo The man and his music); su actuación en el I Festival Presidente de la Música Latina (Santo Domingo, junio de 1997); o la presentación en el Lincoln Center de Nueva York junto a su compatriota Andy Montañez en julio de 1997.
Con la llegada del nuevo siglo, su saga de producciones con Sony-BMG continuó con “Romántico”, “Intenso”, “Viceversa”, “Solo boleros”, “Auténtico” y “Directo al corazón”, éste último premiado con un “Grammy Latino 2006” y Grammy Anglosajón en el 2007 en el renglón de álbum Tropical Latino. A su lista de galardones también se suman, entre otros, los premios “Tu Música” en las categorías de “Cantante de Salsa del Año” y “People's Choice”, y el premio “Orgullosamente Latino”, brindado en 2007 en la ciudad de Chicago. Fue nominado a la Sexta Entrega de “La Musa” del Premio Oye! de la Academia Nacional de la Música en México.
A sus 52 años de edad, el avezado salsero, quien ha resaltado en sus andanzas sonoras la obra del insigne Tito Rodríguez, goza de una voz más madura y luce un control deslumbrante de su proyecto musical.
Su faena artística lo coloca como una de las figuras más prolíficas del arte popular caribeño, logrando despuntar también como actor de teatro, escena con la que se ha ganado el favor de su público desde su primer aparición en 1990 con la obra “La pareja dispareja”, hasta su incursión en 2004 en el rol protagónico de la pieza “La verdadera historia de Pedro Navaja”.
Su trabajo ha sabido deslumbrar con veteranía, reafirmando su capacidad artística al pasearse por la interpretación de salsa, guarachas, mambos, boleros y baladas.
Santa Rosa adquirió la nacionalidad dominicana, 1 vía ius maritagii (derecho por matrimonio), tras contraer nupcias con la actriz, presentadora de televisión y modelo dominicana Alexandra Malagón, quien “va a todas” con su esposo, si de música se trata.
Hoy la presencia de “El Caballero de la Salsa” en escenarios nacionales e internacionales es imponente, es indiscutiblemente la figura salsera que ata el eslabón de dos generaciones que se encuentran en la carrera persistente de mantener vivo el sonido de la salsa.
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