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Para incrementar la lipólisis y favorecer el descenso de grasa de nuestro cuerpo, hay muchos factores que pueden colaborar, vinculados a la dieta como al ejercicio físico y sus características.
Quemar grasas es el objetivo de muchas personas que, por fines estéticos, deportivos o de salud, desean reducir su porcentaje de grasa corporal.
Respecto a la dieta, debemos saber que no sólo un exceso de grasa en la alimentación incrementa la grasa depositada en el organismo, sino que una exceso de carbohídratos en la dieta puede significar su almacenamiento como grasas si éstos no se utilizan como fuente de energía.
Es decir, si nosotros comemos más grasas e hidratos de los que necesitamos para afrontar nuestro gasto calórico, ambos nutrientes en exceso se almacenarán como reservas lipídicas del cuerpo. Por ello, lo primero que debemos hacer cuando deseamos perder grasa es reducir el consumo de carbohídratos así como de grasas, y provocar un balance calórico negativo que movilice las reservas para enfrentar el gasto de calorías diarias.
Por otro lado, cuando hacemos ejercicio, necesitamos energía y las fuentes de la misma son los carbohídratos principalmente y las grasas en segundo lugar.
Para que comencemos a utilizar las grasas de reserva cuando nos ejercitamos, pueden darse diferentes condiciones de la actividad:
• La duración de la actividad es tal que las reservas de glucógeno ya se han agotado y por ende, se comienzan a usar las grasas. Esto sucede por lo general a partir de los primeros 30 minutos de actividad.
• La intensidad, determinada por la frecuencia cardíaca, es moderada y aquí es dónde más se usan las grasas como combustible.
• Entrenamos en condiciones de estrés adicionales lo cual eleva la proporción de hormonas catabólicas que favorecen la quema de grasas. Por ejemplo, se sabe que entrenar en condiciones de hipoxia, por ejemplo, en las alturas, incrementa los niveles de catecolaminas y éstas, inducen la lipólisis.
Teniendo en cuenta estos factores, si deseamos estimular la quema de grasas sin perder masa muscular, debemos controlar la intensidad de la actividad mediante un pulsómetro que indique la frecuencia cardíaca, comer adecuadamente para estimular la quema de grasas sin perder músculos y además, complementar actividades aeróbicas que quemen calorías con entrenamiento de fuerza que favorezca el desarrollo de masa muscular.
Es decir, si no queremos perder masa muscular, no debemos tener un balance calórico negativo, pero si queremos perder grasa al mismo tiempo, debemos controlar la duración y la intensidad del ejercicio para que sean las grasas el principal combustible que enfrente el gasto calórico de la actividad.
Si comemos menos calorías que las que gastamos, las grasas no serán suficientes y los hidratos tampoco, por lo que el cuerpo puede recurrir a las estructuras proteicas y así, perderemos músculo.
En cambio, si comemos lo justo y además, nos ejercitamos de manera tal que usamos las grasas y favorecemos el crecimiento muscular, lograremos beneficiar la salud, cuidar la forma física y lucir una figura excepcional. Para más dudas o preguntas pueden conseguirme por FB: www.facebook.com/HectorAlbizuRosario ó @FitnessBodyMagazine @HotNFitnessGym
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