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En otra vida me llamaron Juana de Arco. No soy capaz de recordar ni una sola de las batallas que libré contra los ingleses; ni un solo detalle, ni siquiera un solo nombre más que el mio…
Sin embargo 4 siglos más tarde, persiste en mi esa esencia de guerrera. Ahora no es por Francia por quien lucho, sino por mis principios y mi espada no está en mi mano, sino en el pecho.
Y esta espada ya no la dirijo a golpe de muñeca, sino a golpe de intuición, de empatía, de emoción…porque lo que más complica la batalla de esta nueva vida, es que mis enemigos no estan abanderados; resultando casi imposible saber a primera vista,quiénes son los ingleses y quienes los franceses..
Como bien cuenta la historia, morí quemada en la hoguera y es curioso que el destino volviera a llevarme de nuevo a las llamas,siendo esta vez de la mano de una serpiente disfrazada de hombre. Me quemaron de nuevo viva, pero no consiguieron matarme.
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Lo único que lograron fue dejarme el cuerpo lleno de quemaduras, las cuales ya estan cicatrizadas. A veces cuando estoy desnuda, las observo e incluso las venero, porque ellas me recuerdan los errores que cometi en el pasado, los errores que nunca más volveré a cometer. Al día de hoy sigo sumergida en batallas. No podría vivir si abandonara la lucha.
Intenté retirarme lo reconozco, pero estaba muerta en vida y créanme que ante eso, prefiero la hoguera.
Besos;
Inarú
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