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La recomendación, la semana pasada, de un comité de expertos de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), para que se autorice la venta del “viagra femenino”, un medicamento creado para las mujeres que sufren bajo nivel de deseo sexual, ha creado mucha expectativa entre las féminas de todo el mundo.
La controversial droga, llamada Flibanserina y fabricada por los laboratorios Sprout Pharmaceuticals, fue rechazada en dos oportunidades anteriores por la FDA (2010 y 2013), debido a que la agencia gubernamental argumentó que su efectividad era muy poca y que incluso era menor a los efectos secundarios que produce el remedio, por lo que se pidieron más estudios.
En esta oportunidad, Sprout Pharmaceuticals presentó nuevos estudios sobre la droga que finalmente convencieron a los expertos de que el producto está listo para salir al mercado. Sin embargo, el panel de asesores apoyó la comercialización del fármaco, siempre y cuando sea puesto a la venta con las “consabidas advertencias sobre sus efectos secundarios” como somnolencia, mareos, náuseas, desmayos y disminución de la presión arterial.
¿Pero, cómo funciona realmente?
Mientras que la mayoría de los problemas sexuales masculinos tienen causas biológicas y están relacionados con falta de erección del pene (para lo cual existen una veintena de medicamentos aprobados), en el caso de las mujeres el asunto es más complejo. La falta de deseo en ellas responde a una interacción entre las hormonas, la conformación química del cerebro, la relación con su pareja y la cultura.
Para ellas, Flibanserina ha sido publicitado como el antídoto para el Desorden de Hipoactividad del Deseo Sexual Femenino, o simplemente, trastorno de deseo sexual hipoactivo. Las mujeres que padecen esta condición se encuentran, en su mayor parte, en los años de la premenopausia, y dicen que desean intimidad física, pero han perdido su apetito sexual, lo que les provoca angustia.
Según datos presentados por Sprout, alrededor del 7% de las mujeres premenopáusicas tienen esta condición.
La Flibanserina, que la compañía planea vender bajo el nombre “Addyi” si logra una aprobación final, es una píldora rosada que se toma una vez al día al acostarse. La droga modifica tres sustancias químicas claves para el cerebro, aumentando la dopamina y la norepinefrina, pero disminuyendo la serotonina.
Diferentes estudios han demostrado que cuando aumenta la cantidad de serotonina (neurotransmisor en el cerebro), disminuyen el deseo sexual. Esto puede ocurrir generalmente con tratamientos con ciertos antidepresivos.
¿Discriminación sexista?
Grupos a favor del fármaco señalan que la FDA mantiene más altos estándares para las drogas femeninas que para las aprobadas para hombres. Aseguran que la Flibanserina, al igual que el Viagra o Cialis, tienen los mismos efectos secundarios, pero estos últimos fueron aprobados rápidamente.
En este sentido la Organización Nacional para la Mujer y otras asociaciones feministas acusaron a la FDA de estar sometiendo a mayores escrutinios esta medicación que las diseñadas para incrementar la libido masculina.
En respuesta, la FDA ha argumentado que la no aprobación responde a criterios científicos, y no tiene relación con una discriminación sexista como proponen estos activistas.
La fecha límite para que la FDA tome una decisión en torno a Flibanserina es el 18 de agosto. Por lo general, esta agencia siempre sigue el consejo de sus comités asesores.
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