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René Pérez y Eduardo Cabra, líderes de la banda puertorriqueña Calle 13, encaran un año singular. En el 2012, los artistas bajan revoluciones con una reducción de sus espectáculos –el año pasado realizaron alrededor de 100 conciertos por Europa, Latinoamérica y Estados Unidos– para encerrarse en el estudio de grabación.
Será un año creativo, vaticinaron, ante el reto de conceptualizar y realizar su quinta producción discográfica, que le dará continuidad a la propuesta de Calle 13; otro disco en inglés con el fin de rebasar fronteras, un proyecto de su hermana Ileana Cabra (PG-13), y un álbum hecho a la medida de Diana Fuentes, esposa de Eduardo Cabra. En los próximos meses, los intérpretes, además, vislumbran realizar un concierto en Puerto Rico. Para ellos también será un buen momento para repensar la situación social y política del país en pleno año eleccionario.
“Es el momento de organizarnos. Hay que entrar a producir, pero sin dejar de tocar. Ahora tenemos que ser selectivos con los shows. Creo que desde que comenzamos nunca nos hemos sentado con calma a pensar en un disco. Este año es el momento para ponernos pa’ eso, para ponernos a trabajar como un artesano”, dijo Eduardo (Visitante), a la vez que su hermano René (Residente) agregó que “necesita espacio para escribir”.
Residente y Visitante no son de los que se tiran al río sin saber nadar. Antes de explorar nuevos caminos, como el de realizar un disco en inglés, Residente quiere establecerse en Brooklyn, Nueva York. “Me quiero ir al corazón de Brooklyn a trabajar con arte, con pintura, escribir.
Quiero alquilar un espacio para que se queden amigos artistas, mientras estoy en lo mío. Quiero relacionarme y acostumbrarme por lo del inglés”, mencionó el cantante, quien además quiere escribir en español para el quinto álbum del grupo, aunque no tiene un orden establecido sobre cuál de las producciones publicará primero.
Eduardo se mostró complacido con su faceta de “productor familiar”, sin embargo, anhela tener más tiempo para colaborar junto con otros artistas. “Me he convertido en un productor familiar y quiero cumplir. Se me ha acercado gente para producir temas y, la verdad, es que no tengo tiempo. Quiero trabajar en ese papel de productor familiar y entrar en otras cosas”, comentó el músico.
El tecladista anticipó que fungirá como un facilitador para su hermana PG-13 y que el proyecto con su esposa forma parte del proceso de conocerse como matrimonio. “Mi hermana tiene un gusto particular y Diana tiene otro. No me voy a imponer. En el de Ileana está toda la familia ahí opinando. Pero el de Diana es algo que tenemos que hacer como pareja para seguir conociéndonos, porque esa cuestión no para. Cuando tenga 50 años, quiero seguir explorando a mi esposa, como lo estoy haciendo hoy”, expresó Eduardo.
Contrario a la experiencia de su hermano, Residente ha tenido la oportunidad de colaborar con otros artistas, como el cantautor argentino Andrés Calamaro, y, recientemente, con el boricua Robi Dräco, quien trabaja en un disco de dúos como parte de su proceso curativo del cáncer. “Me pompea tener que ponerme en la situación de Draco y adaptarme al tema que me dio. Eso es nítido. Para mí, es más fácil porque puedo escribir hasta en un avión, pero Eduardo tiene que estar en el estudio”, comentó el vocalista.
De Puerto Rico
Desde la tarima internacional, ambos intérpretes suelen familiarizarse con las problemáticas de los países que visitan. Ese escudriñamiento de lo que sucede es importante para nutrir la propuesta de la banda, que tiene como prioridad darles voz a quienes son silenciados, ya sea en un escenario o en una conferencia de prensa.
“Es lo que nos conecta con el público y le da voz a la gente del país. A mí, me hubiese encantado tener una conexión directa por Twitter con artistas que admiro, como Rubén Blades. Recibo mucha información de Argentina, Colombia, Venezuela, además de que mi hermano, Gabriel, me pone al día con las noticias”, comunica Residente.
¿Y cómo ven a Puerto Rico desde afuera?
Eduardo: Más pequeño de lo que lo veía antes. Un pedazo de tierra tan pequeño geográficamente y del que salen tantos peloteros y músicos memorables. A veces, es increíble que de un pedazo salga tanta gente chévere. Si todos tuvieran la oportunidad de viajar para que vean lo que está pasando, sería interesante porque, como puertorriqueños, creemos que somos un continente, pero hay que darse cuenta de las limitaciones. René: Todos los países tienen problemas políticos y sociales. Pienso que parece que el boricua tiene la autoestima alta, pero creo que es lo contrario. Por eso, la necesidad de gritar “yo soy boricua pa’ que tú lo sepas”, cuando nadie te lo ha preguntado. No lo tienes que gritar. Hay una cuestión de un supuesto orgullo que, cuando se hiperanaliza, te das cuenta de que tiene que ver con ser una isla pequeña que tiene encima a un país grande, que muchos admiran porque viven de una manera “cómoda”, pero esa comodidad tiene su precio, que lo ves en la violencia, en la educación y en la desconexión con el mundo.
Residente es consciente de que se pueden emular gestiones de otros países, así como rechazarlas, para avanzar como país. “Podemos adoptar desde una educación pública gratuita y de calidad, como en México, hasta lo más simple como un paseo de bicicletas, como en Colombia, en vez de inventarse leyes de que no corran bicicletas después de las 6:00 de la tarde. Por eso, todo el mundo está gordo en el Gobierno. La gente piensa que allá está todo jod… y que son dictaduras y que todo el mundo está en guerra, pero están viviendo una acá”, reaccionó el vocalista al añadir que Puerto Rico debería apostar a la siembra para adoptar una mejor alimentación.
“Pero, al mismo tiempo, es mi país, está mi familia y aquí vivo y muero. Ojalá que el Gobierno haga algo, además de invitar a Yanni”, agregó.
El plebiscito
El pasado miércoles, el gobernador Luis Fortuño firmó la ley que viabiliza la celebración de un plebiscito el mismo día de las elecciones. El resultado de esta consulta, para que los puertorriqueños marquen la opción de status que prefieren para la Isla, no tendrá ninguna resonancia en el Congreso de Estados Unidos, coincidieron los artistas.
“Estaría chévere definirlo, pero no creo que todavía se pueda definir, no estamos ready. Hace falta camino. Realmente, no creo que vayan a hacer nada. Es que ganan los independentistas y no pasa nada, nos quedamos como una colonia que tiene que rendir cuentas”, expresó Visitante.
“Eso es un papelón. Lo pueden hacer, pero no va a pasar nada. Y si va a pasar, ¿cómo nos tratarán? Si vino éste (Jorge Santini) con la postal de Navidad y lo que hicieron fue burlarse de él allá afuera. Se burló todo el mundo. ¿En esa gente vas a confiar porque te dan un pasaporte? Van a tomar una decisión y se va a quedar igual”, dijo, por su parte, Residente, quien, al igual que su hermano, irá a votar el 6 de noviembre.
Para un cambio real de la ruta del país, tiene que “pasar algo trascendental”, mencionó René Pérez. “Más que gane un partido o el resultado de un plebiscito, tiene que surgir algo, que se sienta que el pueblo quiere algo, como pasó con Vieques. Me da vergüenza que sigan pidiendo permiso a Estados Unidos para cualquier tipo de decisión. Me da vergüenza, como boricua, pedirle a alguien para las cosas que quiero hacer en mi país. ¿No somos boricuas pa’ que tú lo sepas? ¿No hay orgullo? ¿No levantamos la bandera boricua cuando Barea mete un canasto? Entonces, ¿tenemos que arrodillarnos para pedir: Por favor queremos ser estado? Si no quieren, ya nos lo dijeron”, puntualizó el artista al señalar que un ejemplo de que algunos boricuas quieren un cambio real se materializó con el respaldo que recibió Rogelio Figueroa, del partido Puertorriqueños por Puerto Rico, a pesar de que “no tenía algo tan definido”.
Las contundentes opiniones de índole social y política de René Pérez en entregas de premios, en conferencia de prensa y en sus entrevistas han tenido como consecuencias cancelaciones de conciertos, censura de algunos temas en la radio dominicana y trabas para presentarse en San Juan, pero él asume con responsabilidad su rol, que puede ser agotador cuando personas de distintos países esperan que él se convierta en su voz.
“Es agotador, pero lo hago con gusto. Cuando asumes una posición, hay mucha critica y, para colmo, no puedes darte ningún lujo porque dicen: ‘Mira, éste se está quedando en un hotel de cinco estrellas’. No puedo hacer nada. ¿Dónde quieren que viva? ¿En la calle? Para mí, sería fácil tirarme fotos, pero ésa no es la cosa. Es triple trabajo estar pendiente de lo que pasa aquí y en otros lugares, leer e-mails, pero lo hago porque me gusta. Está brutal porque la misma gente que te exige que montes una escuela va al concierto de Radiohead o The Killers, que no tienen ese compromiso”, finalizó.
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