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Héctor Aponte Alequín / Primera Hora
Britney Spears tuvo un gesto con los periodistas y fanáticos que esperaron su llegada poco después de la medianoche entre el jueves y el viernes.
La cantante de pop estadounidense prendió la luz de la guagua en la que se fue volando bajito al hotel donde se hospedaría, de manera que las decenas de personas que corrieron a verla por lo menos atisbaran su sonrisa, la de su novio Jason Trawick y la de los hijos de ella, Sean Preston y Jayden James.
Las decenas de fans que la esperaban gritaron enloquecidos cuando la megaestrella y su pareja encendieron la luz dentro del auto para dejarse ver y saludaron sonrientes desde el interior.
Es que ni siquiera bajó las ventanas del auto y, minutos antes de salir a toda carrera en medio de estrictas medidas de seguridad, utilizó una doble que llevaba una peluca parecida a su cabello, aparentemente con el objetivo de despistar.
La verdadera Britney llevaba un jacket gris y tenía el pelo recogido hacia un lado con una trenza casi deshecha que dejaba al descubierto una pantalla de perlas en una de sus orejas.
Cuando llegó del avión, casi media hora antes, la artista se bajó directamente de las escaleras del vehículo aéreo a la guagua negra que se la llevaría lejos de las decenas de espectadores y fotoperiodistas que la esperaban detrás de una verja metálica a varios pies de distancia.
La cantante de pop estadounidense llegó al área de Claim A, contiguo al Aeroparque del Aeropuerto Luis Muñoz Marín, en Isla Verde, proveniente de República Dominicana, donde se presentó en concierto la noche del jueves.
La madre de Sean Preston (6) y Jayden James (5) prosiguió a aduana mientras era observada por decenas de seguidores puertorriqueños que minutos antes formaron una algarabía al repasar la trayectoria de su artista favorita bajo lloviznas y sereno.
«Si es antipática con nosotros, se entiende, porque acaba de llegar cansada de un concierto», expresó Leoannie Otero, de Dorado.
Alrededor de ella brincaban de emoción los fans Kvrismar González (22), de Bayamón; Joel Rivera Padilla (18), de Carolina; Ángel Durán (21), de Toa Alta; y «el boricua que más ama a Britney», Ángel Burgos (16).
Tras más de media hora dentro del aeropuerto, la intérprete de «Oops… I Did It Again» y «Till the World Ends» continuó inmediatamente su recorrido terrestre en un vehículo de la compañía Lincoln Road Productions, que produce el espectáculo de la solista en la Isla.
Este concierto ocurrirá la noche del sábado en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, y forma parte del «Femme Fatale World Tour».
El lugar estaba abarrotado de periodistas, fotoperiodistas y camarógrafos ávidos de captar el momento en el que la llamada Princesa del Pop se adentraba en Puerto Rico por primera vez de manera oficial, como artista, y no como mera turista.
Se rumora que Britney se dirigiría al hotel Ritz Carlton, en Carolina, o La Concha, en San Juan, donde supuestamente tiene separado un piso para su equipo de trabajo. Los fans la siguieron al Ritz Carlton, indicaron.
De hecho, la noche del viernes la cantante celebrará de nuevo las tres décadas de vida que cumplió el pasado 2 de diciembre. La fiesta se realizará en el hotel Conrad Condado Plaza, en San Juan, y contará con una alfombra roja en la que desfilarán invitados famosos, como el Dj Pauly D, quien se hizo famoso en Jersey Shore, y algunos de los miembros del elenco de ese programa televisivo, según han indicado miembros de Lincoln Road Productions.
Al «party» están invitadas sobre 300 personas, trascendió. Otra información no confirmada apunta a que el padre y manejador de Britney, Jamie Spears es quien está organizando la fastuosa celebración. Jamie mantiene la custodia de su hija desde 2007, cuando fue internada en un centro de rehabilitación para la adicción a las drogas y el alcohol.
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