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Más que una madre, Andrea de Castro quiere ser la mejor amiga de la niña o el niño que crece dentro de su vientre. Con 15 semanas de embarazo, la ex animadora televisiva no solo tiene elegidos los nombres de su futuro retoño, sino que también piensa en detalles de la crianza, como los consejos que le dará.
Y es que ahora, más que nunca, tiene claro que lo primero en la vida es la familia. Feliz de contar con el apoyo incondicional de su compañero sentimental, el reguetonero El Joey, así como de su mamá, la relacionista Jessica Fernández, Andrea rompió el silencio acerca de esta nueva etapa de su vida en una entrevista con Primera Hora llevada a cabo en el hotel Meliá, en Ponce, donde libera las tensiones cuando visita la ciudad de su familia materna.
“Lo que más quiero es ser incondicional con mi hija o hijo, que no tenga miedo de contarme sus cosas, que sepa que, más que una mamá, yo voy a ser una amiga”, manifiesta seria, consciente de que habla sobre una responsabilidad jamás antes vivida.
En ese sentido, resta importancia a “pequeños detalles”, como las terribles náuseas que ha experimentado.
“La realidad es que la mala barriga ha sido horrible, es lo más malo del mundo y la tengo desde el primer día de embarazo”, confiesa la alumna de artes culinarias en el Instituto de Banca y Comercio.
Pero los sentimientos bonitos son más intensos. “Estoy bien contenta, loca por que me digan el sexo del bebé. Ya tengo los nombres; no los voy a decir porque prefiero guardármelos”, relata la joven de 22 años de edad. “Le compré su primera ropita unisex y vi ropita mía y de mis hermanos (Sofía, de 18 años, y Jorge, de 17)”, añade pizpireta.
De hecho, tanta es su alegría que se está sintiendo más motivada para terminar sus estudios. Lo que sí se ve inclinada a posponer son sus proyectos artísticos.
“Es una fase en la que me siento más madura y tal vez no sea el momento para los medios de comunicación. He aprendido que debo ser muy cuidadosa y, sobre todas las cosas, quiero proteger a mi bebé”, advierte llena de instinto maternal.
Andrea de Castro Fernández cobró fama hace tres años después de compartir un vídeo en YouTube en el que mostraba con simpatía el apartamento en el que vivía antes en Hato Rey. En ese momento tenía 19 años y se estrenaba en el mundo de la farándula tras la sentencia de casi 10 años que le fue impuesta a su padre por cargos federales y estatales.
A partir de entonces, adquirió notoriedad al punto de ser animadora invitada en programas de televisión, aunque tuvo que pagar el precio del acoso de los paparazis locales en más de una ocasión.
Luego, en una entrevista con este diario, confesó que fue víctima de bullying cuando era niña, situación a la cual reaccionó con una rebeldía que tuvo que ser aplacada en la Youth Challenge Academy de la Guardia Nacional, en Juana Díaz.
“En mi vida he tomado decisiones que quizás no han sido las mejores y me han hecho cambiar, ser más fuerte, más decidida. Ahora mismo estoy mejor que nunca. Sé que todas esas experiencias me ayudarán a ser una mejor madre y a comprender los sentimientos que puede llegar a sentir una niña, un niño”, expresa teniendo en cuenta que su retoño cargará sobre sus hombros con la fama de ella y de El Joey.
Mimada por todos lados
Precisamente el apoyo de José Feliciano Babilonia, nombre real del exponente urbano, ha sido fundamental durante los cambios de estado de ánimo de Andrea.
“Él está emocionadísimo. Cuando se enteró lo tomó superbién, más tranquilo que yo. Él está ahí cuando me pongo sentimental y yo sé que, en el futuro, él estará cuando yo no sepa qué hacer”, pronostica.
Cuando dice “estar ahí” no necesariamente se refiere al plano físico, pues El Joey tiene una agenda cargada con giras por México y el resto de Latinoamérica. “Su carrera es importante. Por eso, nos llamamos y, cuando él está fuera del país, llego a Ponce para estar con mi mamá”, sostiene.
De ahí que el embarazo también haya fortalecido el vínculo madre-hija. “La fastidio más que nunca. La llamo a cada rato. Siento que estamos más unidas”, considera.
Su padre, Jorge de Castro Font, también está pleno con la noticia de que será abuelo. “Muy feliz y pendiente de mí”, lo describe Andrea.
Otra fuente de cariño son sus ya casi 33,000 seguidores de Twitter, a quienes promete no abandonar.
“Bueno, a mí me encantan los medios. Nunca cierro las puertas. Tal vez, en un futuro vuelva. Quién sabe, quizás monte un restaurante. Vamos a ver. Por ahora, mi bebé es primero”, anota con una sonrisa pícara.
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