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El médico que se convirtió en el primer paciente con ébola en Estados Unidos recibió elogios por buscar asistencia inmediatamente después de mostrar los primeros síntomas, y funcionarios de salud destacaron que la ciudad más poblada de Estados Unidos no tiene que temer frecuentar el amplio recorrido que realizó antes del inicio de su enfermedad.
El alcalde, Bill de Blasio, y el gobernador, Andrew Cuomo, dijeron el jueves que los habitantes de la urbe no tienen razón para estar alarmados por el diagnóstico incluso después de explicar que había tomado el metro, un taxi y acudido a una boliche después de volver a Nueva York procedente de Guinea hace una semana. De Blasio que todos los funcionarios municipales siguieron protocolos "claros y estrictos" en la forma como manejaron el caso.
Queremos afirmar que los neoyorquinos no tienen razón para alarmarse", dijo De Blasio. "Los neoyorquinos no han estado expuestos (al virus) y no corren ningún peligro".
El médico, Craig Spencer, miembro de Médicos Sn Fronteras, reportó que el jueves por la mañana presentó fiebre de 99.4 grados (Celsius, 103 Fahrenheit) y diarrea. Está siendo atendido en una sección aislada del Hospital Bellevue de Manhattan, un centro designado para el tratamiento del ébola.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que harán otra prueba al enfermo para confirmar el resultado inicial, enviaron a Nueva York un equipo de respuesta rápida.
El presidente Barack Obama habló con Cuomo y De Blasio el jueves por la noche y les ofreció apoyo del gobierno federal. Les pidió que estuviesen en estrecho contacto con Ron Klain, el máximo responsable nacional para la lucha contra el ébola, y con funcionarios de salud pública en Washington.
Los investigadores médicos municipales están rastreando los contactos del paciente para identificar si alguno pudiera correr peligro y la encargada de Salud de la ciudad, Mary Bassett, dijo que la prometida de Spencer y dos amigos están en observación en cuarentena pero que no mostraron síntomas.
Los responsables sanitarios dicen que las posibilidades de que un residente en la ciudad se contagie de ébola, que se transmite a través del contacto directo con los fluidos corporales de una persona infectada, son escasas. Nadie puede contraer la enfermedad solo por estar junto a un paciente con ébola y nadie empieza a ser contagioso hasta que presenta los primeros síntomas.
Bassett dijo que la posibilidad de que los pasajeros que compartieron el viaje en metro con Spencer estén en riesgo es "casi nula". Con todo, el local de ocio al que asistió en Brooklyn fue cerrado por precaución y su apartamento en Harlem fue acordonado. Personal del Departamento de Salud estaba frente al edificio de apartamentos la noche del jueves proporcionando información a residentes del área.
Aun así, la noticia inquietó a algunos neoyorquinos. "¡Oh Dios mío!", murmuró Charles Kerr, de 60 años, mientras sus amigos se reunían en una vereda en Harlem. "Esto cambia la situación. Este chico debió estar tosiendo, sentado junto a la gente. Ahora te da que pensar".
La epidemia de ébola en África occidental ha matado a unas 4,800 personas. En Estados Unidos, la primera persona a quien le diagnosticaron la enfermedad fue un liberiano que enfermó días después de llegar de visita a Dallas y falleció posteriormente, hasta ahora la única víctima fatal de la enfermedad en suelo estadounidense. Dos enfermeras que lo atendieron se infectaron y están hospitalizadas. La familia de una de ellas dijo que, desde el martes por la tarde, los médicos ya no podían detectar restos de la enfermedad en su cuerpo.
Según un calendario de actividades aproximado proporcionado por funcionarios de la ciudad, en los días anteriores a caer enfermo, Spencer salió a correr 3 millas, estuvo en el parque High Line, montó en metro y, el miércoles por la noche, cogió un taxi para ir a un boliche en Brooklyn. El martes se sintó cansado, y empeoró el jueves cuando él y su prometida llamaron a las autoridades para explicar sus síntomas y viajes. Técnicos de emergencias médicas totalmente equipados con trajes de protección contra el ébola se lo llevaron a Bellevue en una ambulancia rodeada de coches patrulla de la policía.
Médicos Sin Fronteras, una organización humanitaria internacional, dijo que por los consejos que da a sus miembros a la vuelta de campañas de ébola "el individuo se revisa regularmente e informa de su desarrollo de inmediato". Quienes viajan desde Guinea, Liberia y Sierra Leona deben reportar su estado a funcionarios de salud diariamente y tomarse la temperatura dos veces al día, como hizo Spencer. El doctor limitó también su contacto directo con gente, añadieron los funcionarios.
Spencer, de 33 años, trabaja en el Hospital Presbiteriano de Nueva York adscrito a la Universidad de Columbia. El médico no había visto a ningún paciente ni había estado en el hospital desde su regreso de África, indicó el centro asistencial en un comunicado, que lo calificó de "un humanitario consagrado" que fue a "una zona en crisis médica para ayudar a una población pobre".
En los últimos meses, cuatro trabajadores sanitarios estadounidenses, incluyendo tres médicos, se infectaron de ébola mientras trabajaban en África y fueron repatriados a Estados Unidos para su tratamiento. Todos se recuperaron. Estos sanitarios son vulnerables al contagio por su contacto cercano con los pacientes mientras están en el peor punto de la enfermedad, cuando son más contagiosos.
Spencer es de Michigan y asistió a la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal Wayne y la Facultad Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia.
Según su página de Facebook, viajó a Africa occidental con una escala en Bruselas, Bélgica, a mediados de septiembre. Una foto lo muestra en un traje protector. Spencer regresó a Bruselas el 16 de octubre.
"Voy a Guinea con Médicos Sin Fronteras", escribió. "Por favor, apoyad a organizaciones que están enviando apoyo o personas a África occidental, y ayudan a combatir uno de los peores desastres de salud pública y humanitarios en la historia reciente".
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