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Por Patricia Vargas Casiano
pvargas@elnuevodia.com
A partir de su diagnóstico de cáncer de seno, la actriz Adamari López ha tenido que enfrentar una cadena de sucesos muy duros en
su vida como lo fue su proceso de cura, su divorcio del cantante Luis Fonsi y la enfermedad de sus padres, entre otros. Estas situaciones provocaron que la admiración del público aumentara y la llenaran de cariño. Además, se convirtió en objeto de los medios que están pendientes a todos sus pasos.
“Siento que me han pasado cosas buenas y que me ha tocado vivir dificultades como cualquier ser humano. No pienso que soy distinta o que tengo más dificultades que otras. Tengo mucha fe en Dios y en mis papás, que son mi fortaleza, por eso cuando se me enferman mi fortaleza tambalea”, dijo la querendona del público.
¿Cómo está la salud de tu papá?
Muchísimo mejor. Estuve con él, ya le dieron de alta.
¿Sientes presión de que la prensa esté tan pendiente de ti?
Entré a la carrera muy chiquita y uno sabe que parte de tu vida es pública y que tiene que compartir lo bueno y también lo que no me gusta. Dentro de ese entendimiento me he formado una vida normal, estable con sus momento altos y otros más intensos. Me encanta que la gente se identifique conmigo por lo que he pasado, y que les guste los papeles que hago en las novelas. Lo único es que a veces uno quisiera que no le preguntaran tanto, hay cosas de las que uno no quiere hablar o que uno no está preparada.
¿De qué te arrepientes?
No me arrepiento de nada, creo que he tomado decisiones acertadas, otras que me hubiera gustado tomar y no tuve el valor, o no me puse primero yo, pero que me han hecho darme cuenta cuál es el camino que hay que seguir. No todo es color de rosa, uno le echa ganas, trata de mantenerse fuerte y de sonreír.
¿Como en tu matrimonio?
Ha habido muchos aspectos buenos en la vida, cosas que sorprenden y cosas que me estremecen.
¿Te gustaría verle la carita a la nena de Fonsi cuando nazca, cargarla en tus brazos?
No, no creo que me corresponda. Nuestra etapa ya pasó, eso le corresponde a él y a su pareja.
¿Estás enamorada?
Enamorada de mí, de mis sobrinos, de mi familia y amigos. A veces uno se olvida de uno mismo y en el camino se pierde mucho por atender a los demás.
¿Nydia Rivera (su maestra de baile) qué es para ti?
Es la persona que me introdujo a los medios como mi manejadora, prácticamente vivía en su casa porque había que ir a grabar. La recuerdo con mucho cariño y respeto como alguien que me encaminó e hizo que mi carrera comenzara. Ella es parte de eso.
Hace cuatro año que te convertiste en una líder de la Fundación Susan G. Komen for the Cure, ¿qué te ha dejado esa experiencia?
La dicha de ir a través de Estados Unidos y compartir con las mujeres hispanas, muchas que fueron a chequearse porque escucharon el mensaje. Creo que ellas me dan más fuerza a mí que yo a ellas. Me dan palabras de aliento, votan por mí, me hablan de sus miedos y de que no tienen seguro médico para darse un tratamiento. Todas esas cosas me hacen seguir luchando aunque a veces me dan ganas de llorar porque sé lo que están pasando.
¿Tienes miedo de que vuelva el cáncer?
En algunas ocasiones sí, pero trato de no pensarlo, de no darle entrada a eso que ya entró una vez sin que yo lo invitara, ya no lo quisiera de regreso, pero si me tocara vivirlo otra vez lo enfrentaría.
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