<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7302061392394882"
crossorigin="anonymous"></script>
Héctor Aponte Alequín / haponte@primerahora.com
El hombre le movió el tapete, pero el miedo la frenó. Anamín Santiago titubeó la noche en que se sorprendió a sí misma suspirando cual adolescente por el licenciado Gabriel Hernández González.
“Fue amor a primera vista. Yo me decía: ‘¡Él me gusta!’, pero no me va a aceptar”, cuenta la actriz en entrevista con Primera Hora. Después de darle un beso en la frente, su novio la interrumpe.
“Yo la conocía porque la veía en la televisión y sabía a lo que me iba a enfrentar”, dice el abogado, quien es uno de los mejores amigos del gobernador Alejandro García Padilla.
Hace dos meses, la pareja comparte un romance en el que predomina el enchule. Se abrazan, se besan, se comen con la mirada. Quién diría que se entregarían al amor dos personas con ideales políticos tan distintos. Anamín Santiago es una marxista confesa, mientras que Gabriel Hernández se identifica con el Partido Popular Democrático (PPD).
Fue precisamente en una reunión de “populetes”, como los llama ella en broma, que el hielo se rompió. En un restaurante de Río Piedras se celebraba el triunfo de García Padilla y en medio del tumulto entró ella, “la anticolonialista, la que protesta”, como la conocen.
Pero la letra de Jalda arriba se borró de la mente de Anamín cuando el cántico de Gabriel asaltó sus oídos con esa canción. Desde ese instante lo llamó su “Pavarotti”.
“Él canta bohemia y yo sentí esa identificación artística en el momento”, narra la también animadora, dramaturga, productora, reportera, locutora, guionista, directora y microempresaria. De hecho, esta última faceta fue la que le sirvió para hacer el acercamiento.
Más...
<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7302061392394882"
crossorigin="anonymous"></script>