<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7302061392394882"

     crossorigin="anonymous"></script>

La noche de ayer fue una memorable para muchos en Puerto Rico. Se confirmó que Antulio “Kobbo” Santarrosa, el titiritero que por casi década y media ha permanecido en la cima de la televisión boricua con su personaje “La Comay”, hizo lo que tantos veían imposible: renunciar a Wapa TV.

Trascendió que a Santarrosa no le agradaron las nuevas condiciones que le impuso la cadena a raíz de su baja de auspiciadores por presiones del grupo Boicot a La Comay. Aunque se rumora que podría retomar el programa en otro canal, expertos como el sociólogo Manuel Torres Márquez aseguran que Santarrosa enfrenta su peor golpe social.

“La imagen de poder e intimidación que una vez tuvo Kobbo Santarrosa está en su momento de mayor debilidad”, dice el profesor y coordinador del Centro Agenda Puertorriqueña para la Calidad de Vida.

Según él, igual se afloja la imagen de “mujer chismosa y acosadora” que Santarrosa ha tratado de perpetuar junto al “macharrán cubano puertorriqueño” que interpreta el animador Héctor Travieso en el show.

Hacia la Disertación

“Representa un alivio en nuestra sociedad, una reafirmación de que el País quiere mejorar y que rechaza el desprecio a la dignidad humana. Es una satisfacción, pues demuestra madurez en la sociedad”, opina.

Con él coincide la productora e historiadora Flavia García, quien estudia hace más de 30 años la televisión local. “Es algo significativo el que grupos de opinión pública hayan logrado esta baja en un programa que por casi 15 años ha dominado la audiencia de un país”, subraya. “Es raro, extraño que pase, aunque no quiere decir que no vaya a regresar a la televisión”.

Aunque estemos ante “un suceso único”, advierte que “a la gente le gusta el morbo y siempre habrá un programa de chisme porque produce dinero”.

Pero el precedente ya está sobre la mesa y el sociólogo José Luis “Pinchi” Méndez enfatiza que “evidencia el gran poder que tiene la sociedad cuando se propone cosas y cómo no se puede abusar de un micrófono o una cámara”.

Otros, por más en contra que estén de SuperXclusivo, ven lo ocurrido con Santarrosa como censura. Pero Méndez nota la diferencia. “Una cosa es que se viva en dictadura; otra que la opinión pública se ponga en guardia para preservar valores. El rechazo a la falta de respeto hacia los humanos y la crueldad no pueden ser tachados de intolerancia. Es una toma de conciencia. No basta con quererlo, hay que exigirlo”, concluye.

<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7302061392394882"

     crossorigin="anonymous"></script>

Por loveo

Deja una respuesta

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com