<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7302061392394882"
crossorigin="anonymous"></script>
Héctor Aponte Alequín / Primera Hora
Pitbull tiene una «cosita rica» que sus fanáticos puertorriqueños no podían desaprovechar, así que desde las 7:00 de la noche del sábado empezaron a llenar el estadio Hiram Bithorn, en San Juan, para presenciar el «Pitbull Planet Pit – Full Moon Dancegiving Festival 2011».
El rapero miamense de padres cubanos subiría al escenario cerca de la medianoche para interpretar éxitos como “I Know You Want Me”, “Bon, Bon”, “Hotel Room Service” y “Give Me Everything”, entre otros, pero los amantes boricuas de su dance pop y dance/hip hop -como él lo ha denominado- no titubearon al abarrotar la planicie del estadio mientras disfrutaban la música previa de varios DJ’s y el invitado especial, DJ Edward Maya.
«Él tiene esa cosita rica que vuelve a una loca, no te lo voy a negar», expresó a Primera Hora Yaniris Cruz, quien llegó desde Ponce a las 8:00 de la noche.
La joven de 22 años no cerraba su boca del asombro ante el montaje de la tarima con luces que pretendían interactuar con la de la última luna llena de 2011, mientras su esposo, Luis Yomar Rodríguez, sostenía las cervezas de ambos.
«Pitbull tiene un ritmo brutal y tú puedes hacer un party nada más con la música de él. Eso es porque es latino», añadió Luis Yomar, de 27 años y también ponceño, mirando hacia la pantalla gigante y los dos puestos de venta de licor, ubicados hacias los lados.
«Yo prefiero este concepto de fiesta y pariseo, que es lo de Pitbull. No es un concierto; es para venir a bailar y disfrutar… Y de paso verlo a él, que es bello», dijo, por su parte, Adriana Meléndez, de 43 años y oriunda de Bayamón, al tiempo que intentaba recuperarse de una «nube» de humo de cigarrillo que le cayó encima, según su descripción.
De hecho, a las 10:00 de la noche, visto desde arriba, el estadio Hiram Bithorn parecía una bahía luminiscente, pero en vez de con animalitos acuáticos, con cuerpos humanos menéandose juntos, pues casi todos llevaban consigo glowsticks (palitos de luz fluorescente) que erguían en dirección a la tarima cual ritual religioso.
El evento estaba pautado para comenzar a las 9:00 de la noche del sábado y finalizar en la madrugada del domingo.
<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7302061392394882"
crossorigin="anonymous"></script>
