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A eso de las 7:00 de la mañana del Viernes Santo, el paramédico Víctor Rivera llegó a la residencia de una mujer de 83 años en la zona metropolitana.

Después de una evaluación inicial, Rivera le indicó a la paciente que necesitaba ir a un hospital de inmediato porque tenía la presión alta. Hasta le mostró la lectura cardíaca del monitor.

«Pero nos dijo que no quería ir al hospital por el COVID (19), que no quería estar expuesta. La orientamos en varias ocasiones, pero se mantuvo en negación», relató Rivera.

«Esa misma tarde, como a las 3:00 pm, nos activan para la misma casa y cuando llegamos, la paciente ya estaba en el suelo, sin signos vitales», agregó. «Un familiar me dijo que (la paciente) gritó y se desplomó. Pero ella no le pudo ayudar, porque son dos viejitas».

Por casos como este, Rivera y otros representantes de la industria de emergencias médicas levantaron la voz de alerta sobre lo que consideran una alarmante reducción en traslados a los hospitales durante la emergencia causada por el coronavirus COVID-19.

Señalan que esa merma no solo ha provocado ya la pérdida de empleo de cientos de paramédicos, lo que supone riesgos en el futuro, sino que está costando vidas.

«Hay gente muriendo en las casas», afirmó Rivera.

Agregó que «en estas dos semanas» él mismo ha atendido otros tres casos, donde los pacientes se han negado a ir al hospital por la misma razón y luego los han llamado por segunda vez, cuando el paciente «ya no tiene signos vitales».

«Están esperando hasta lo último para llamar a una ambulancia… cuando prácticamente ya están inconscientes», abundó.

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Rivera trabaja para la compañía United Ambulance, cuyo dueño, José Quintero, señaló que en las pasadas dos semanas ha manejado al menos cinco casos de pacientes que fallecieron después de rechazar el traslado a un hospital por temor a contagiarse.

«Es algo bien preocupante… Es bien difícil decirle a una persona de edad avanzada que se tiene que ir. No siempre le podemos resolver en la casa. No tengo insulinas en la ambulancia o no siempre puedo decirles que lo que tienen es algo letal porque, por ejemplo, no les puedo hacer un electrocardiograma», explicó Quintero.

«Las personas se están quedando en sus casas con miedo a ir auna sala de emergencia por no contagiarse. Cuando un paramédico le dice que tiene que ir a un hospital no es capricho, es porque lo necesitan», abundó.

Tras conversar con dueños de otras compañías de ambulancias, Quintero dijo que «se observa una reducción de 50 a 60 poriciento en traslados de emergencia» a los hospitales.

Esta tendencia es compatible con la reducción en las hospitalizaciones, según reportado por representantes de esa industria.

A principios de este mes, el presidente de la Asociación de Hospitales, Jaime Pla, dijo a El Nuevo día que la ocupación hospitalaria del país esa semana rondaba el 38%.

Recomiendan ir al hospital

Para el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, Víctor Ramos, no solo es un problema el hecho de que los pacientes no quieran trasladarse a un hospital cuando lo necesitan, sino que tampoco se están comunicando con sus médicos.

«Es algo que estamos viendo en todo el mundo», resaltó Ramos. «El miedo de la gente de ir a las salas de emergencia y a las oficinas de sus médicos no solamente promueve que se exacerben los casos de COVID, sino de las condiciones que requieren seguimiento».

Hacia la Disertación

«Quedarse a esperar a ver qué pasa y no comunicarse con su médico no es la alternativa», añadió.

Ramos, Quintero y Rivera afirmaron que los ciudadanos no deben temer en ir a las salas de emergencias si las condiciones de salud se lo requieren.

«Las salas de emergencias están vacías. Ahora están más seguros yendo al hospital», manifestó Rivera.

A su vez, Ramos resaltó que «los hospitales toman todas las alternativas necesarias. Usted va cuando es necesario, pero no puede estar sin comunicarse.

«Si no se trata a tiempo, se va a deteriorar. Sí es algo que está pasando», acotó.

Riesgo por éxodo de paramédicos

Por su parte, Bryan Vélez, dueño de la compañía BVR Ambulance Best Care, dijo que en su caso específico la merma de traslados a hospitales ha sido de casi un 20% en lo que va del mes de abril.

Destacó que la reducción comenzó a observarse paulatinamente después de enero, cuando tuvo 1,114 traslados de emergencia a los hospitales. En marzo bajó a 836 y apenas lleva 327 personas en lo que va de abril.

«Este mes está en el piso», dijo Vélez.

Explicó que, a la misma vez, ha aumentado el por ciento de llamadas que resultan en personas no trasladadas.

Además de suponer un peligro para la salud de los pacientes, esta reducción ha resultado en pérdidas económicas para las compañías de ambulancias y paramédicos que se han quedado sin trabajo.

Según Vélez, la situación se ha agravado porque han tenido que incurrir en gastos adicionales como equipo protector para los paramédicos que se utilizan en cada caso que atienden y otras medidas de prevención de contagios.

Vélez señaló que 18 compañías de categoría III, que son las de emergencias, han reducido el horario de trabajo a 544 empleados a jornadas de 30 horas. Mientras, esas mismas compañías han cesanteado a 244 paramédicos.

En su caso, Quintero dijo que de los 180 empleados de United Ambulance, ha «tenido que enviar a su casa entre 40 y 45 empleados. Algunos se van por vacaciones y otros por desempleo».

«No hay pacientes para transportar y tememos que se nos vayan (los paramédicos)», expuso Quintero.

Según Vélez, de los que trabajaban en su compañía, «ya se han ido de cuatro a cinco a Florida».

Como ha ocurrido con el éxodo de doctores y enfermeras, paramédicos están emigrando porque el estado Florida estableció un acuerdo de «reciprocidad». Esto significa que el técnico de emergencia médica de Puerto Rico recibe una licencia para trabajar allá y que a su vez es válida para trabajar en los estados que tienen acuerdos con Florida, donde cobran entre $30 a $40 por hora, mientras que en la Isla el salario es de hasta $10, dijo Quintero.

Pedro Martínez, presidente de la Asociación de Técnicos de Emergencias Médicas Paramédicos y Personal Operacional (Atempo), advirtió que si no se toman medidas, habrá consecuencias cuando pase la emergencia.

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Por loveo

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