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Para 2025 podría llegar a desarrollarse un gorro que, básicamente, es una máquina de resonancias magnéticas con la que se puede ver lo que se piensa.
Mary Lou Jepsen, una antigua ejecutiva de Facebook dejó su trabajo en Oculus, la empresa de realidad virtual que Facebook compró hace dos años, para desarrollar nuevas tecnologías que permitieran curar enfermedades.
Así nació Openwater, que es donde se está desarrollando esta máquina de resonancias que puedes llevar encima. Pero desde ese punto de partida, parece que los planes de Jepsen han ido más allá.
[metaslider id=28136]En entrevista con la cadena CNBC, sugirió la semana pasada que podría emplear su tecnología para desarrollar una forma de telepatía. Y aseguró que podría hacerlo en sólo ocho años. “No creo que vaya a tardar décadas. Creo que estamos hablando de menos de diez años, en torno a ocho años para tener telepatía”.
Los detalles sobre cómo van a conseguir esto, de momento, son totalmente desconocidos y no se sabe nada claramente, por lo que dudar de que esto sea posible es algo lógico. Además, Openwater asegura necesitar varias patentes antes de poder publicar información al respecto.
El trasfondo de Jepsen ayuda a dar fuerza a su empresa: estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusets, trabajó en Google X y también estuvo un tiempo en Intel antes de llegar a Oculus y Facebook. Además, a corto plazo, sus intenciones son más humildes: crear un casco de resonancias magnéticas, a partir del cual luego desarrollar el casco telepático.
Según Jepsen, este dispositivo mejoraría la comunicación entre humanos, que está limitada actualmente a cómo de rápido podemos hablar o escribir. Con un casco de pensamientos, esto sería mucho más rápido. Es una idea similar a la que Neuralink, la empresa de Elon Musk, tiene en mente. Aunque este proyecto aún no ha hecho ningún anuncio, sus ideas suenan más agresivas que las de Jepsen.
Queda por ver la base científica que hay detrás de esta casco de pensar, pues aunque se ha demostrado que es posible hacer escáneres cerebrales para ver imágenes e incluso algunos pensamientos complejos, pero otra cosa es escucharlos o entenderlos claramente del mismo modo que experimentamos el habla o la escritura.
Si Openwater y Jepsen son capaces de superar estos retos, llevar un gorro en todo momento para poder comunicarse telepáticamente tampoco parece lo más práctico, sobre todo en medio de una ola de calor.
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