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Con Apple nunca se sabe qué mano jugar. Si uno apuesta por el batacazo monumental en alguno de sus productos, a buen seguro que tiene las de perder, porque al final el fabricante de Cupertino sale victorioso. Algo así sucedió con el iPhone 7, posiblemente la versión del móvil más anticipada y filtrada a la red, y que antes incluso de ser anunciada oficialmente recibió duras críticas por parte de un sector de los clientes de la casa. ¿Por qué? Porque realmente no había innovaciones significativas que, para muchos, justificaran el cambio. Y fue justo en ese momento cuando Samsung ofreció su gran alternativa: el futurista Galaxy Note 7.

Por un momento fue fácil pensar que Apple podría estar contra las cuerdas en el segmento de la telefonía: aquel dispositivo de los coreanos sí que rompía moldes y prometía mucho. Además, en el segundo trimestre de este año, Samsung no solo consolidó su puesto como el primer vendedor de smartphones del mundo sino que ensanchó la diferencia que le separa de Apple. Sin embargo, el infortunio, en forma de batería que explota, se cebó sobre el fabricante asiático. Apple se encontró con el camino más o menos expedito para seguir su tranquilo transcurrir con el iPhone 7: eliminación del jack, sumergible, cámara mejorada… ¿Eran estos elementos suficientes para satisfacer las necesidades del mercado? Lo cierto es que el fabricante parece contar siempre con un as en la manga: conoce a la perfección a sus clientes.

Hacia la Disertación

El viernes 9 de septiembre se abrió el plazo de reserva del dispositivo, y por primera vez España y México se encontraban en el primer lote de mercados que podían adquirir el dispositivo en el mismo momento que Estados Unidos. Y se desató la locura: es posible que Apple nunca dé datos definitivos sobre las ventas del terminal, pero lo cierto es que la tienda online de la firma de Cupertino tuvo problemas para atender la avalancha de pedidos, y en algunas versiones, los plazos de entrega se dispararon en cuestión de minutos. Es cierto que el mercado de los smartphones ha alcanzado su madurez y con unos índices de penetración elevadísimos en las principales economías, apenas queda margen para el crecimiento.

Tal vez por este motivo Apple se dirija ahora a mercados con más posibilidades de crecimiento como el chino o el indio, pero el gigante estadounidense ha sabido destilar gota a gota las innovaciones en aquellos mercados en los que ya es líder. Son muchas las voces que acusan a Apple de haber agotado la vía de la innovación, y puede que estén en lo cierto, o tal vez simplemente el fabricante sepa cómo jugar sus cartas. En este sentido, el análisis simplista de las mejoras presentadas por el iPhone 7 nos podía llevar a decir que apenas son dos o tres y que no compensa el cambio, pero Apple, de una manera muy sutil, sigue transformando la manera en la que nos relacionamos con su móvil, y por extensión, arrastra a toda la industria.

La eliminación del jack, una súper cámara o una plataforma cada vez más versátil, ofrecen una realidad paralela que tal vez no todo el mundo conozca, sino sólo los compradores del terminal. ¿Ha fracasado o triunfado Apple con el iPhone 7? El fabricante ya ha pasado por aquí, y no parece que vaya a cambiar un rumbo con el que, dicho sea de paso, se está haciendo de oro: ha vendido más de mil millones de teléfonos iPhone.

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Por loveo

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