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Por El Nuevo Día
El mundo de la música internacional ha lamentado el fallecimiento de la cantante Whitney Houston, quien el sábado fue hallada muerta en la bañera de la habitación que ocupaba en el Hotel Beverly Hills de Los Ángeles.
Figura de voz privilegiada que vio su vida caer a lo más bajo como consecuencia de su adicción a las drogas, Houston, de 48 años, hacía intentos por recuperar su carrera.
Sus problemas con las drogas eran conocidos en la industria y un rumor en voz alta, que ella aceptó en 2002.
Una década antes, reinaba como una de las artistas que más discos vendía. Fue entonces, el 24 de abril de 1994, cuando la artista se presentó en concierto en el estadio Hiram Bithorn de San Juan.
A continuación reproducimos parte de la reseña de este diario de ese espectáculo:
Luego de una impaciente espera llegó el gran momento, la tan esperada oportunidad de escuchar una de las voces más privilegiadas del mundo. Dos inesperadas explosiones con tres llamas de fuego a ambos lados dieron la entrada a la esbelta Whitney Houston, quien se presentó con unos cómodos pantalones cortos, una brillante chaqueta purpura y armada de una voz y un espíritu que solo Dios pudo haberle otorgado. Acompañada de un coro de tres melodiosas voces, siete extraordinarios músicos y con un impresionante trabajo de iluminacion y sonido, interpretó su primer tema ‘Love Will Save Again’.
Al saludar a su público lo hizo con la expresión: “Beautiful Puerto Rico!”, y señaló que siempre tuvo un buen presentimiento con esta visita a Puerto Rico y por eso nos había guardado algo muy especial. Entonces nos dedicó el éxito ‘Saving All My Love For You’, interpretada en un suave ritmo que hizo que cada palabra nos llegara al alma.
Posterior a este tema interpretó el romántico éxito de Billy Paul, ‘Me & Mrs. Jones’, sustituyendo a Mrs. Jones por Mr. Brown. De esta apasionada interpretación pasó a los potentes temas ‘How Will I Know’, ‘I Wanna Dance with Somebody’ y ‘I’m Your Baby Tonight’. La intensa energía con que presentaron estos éxitos sacó de los asientos a la inmensa concurrencia, incluyendo al “reservado” introvertido grupo del área de arena.
Luego de este inolvidable segmento, Whitney informó llena de emoción la sorpresiva visita de su esposo Bobby Brown, quien disfrutó de un romántico “medley” dedicado a él. Este hermoso popurrí de temas de amor. En esta avalancha de sentimiento, Whitney hizo despliegue del control y dominio de su voz dejando al público tan impresionado que entre los aplausos solo se pudo oir un emocionante “¡Wow!”.
Recibiendo una emotiva ovación de todos los allí presentes, Whitney salió del escenario con múltiples gestos de agradecimiento tan efusivos que muchos pensaron que no volvería a escena y se marcharon sin saber que se perdían la oportunidad de disfrutar del inesperado tema ‘I’m Every Woman’.
En esta melodía Whitney descargó toda la alegría que reservó para culminar esta exitosa gira.
En esta última interpretación se produjo un apasionado encuentro entre la cantante y su esposo Bobby Brown, los cuales se unieron en un fuerte abrazo y un largo beso culminando con otras potentes explosiones.
Fueron dos horas repletas de emoción y sentimiento que difícilmente volvamos a disfrutarlas en un buen tiempo. Whitney Houston ganó todo el amor y la simpatía de todos los que fuimos testigos de este increíble concierto.
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