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Superada su adicción al alcohol y la cocaína, el versátil actor Robin Williams parecía encarrilar su vida, una de muchos éxitos, pero también salpicada de tropiezos y tragedias.
Robin Williams nació en Chicago el 21 de julio de 1951. Por ser hijo único de un vendedor de autos, su infancia fue económicamente cómoda. Esta es la historia de un niño obeso que aprendió a hablar consigo mismo empleando distintas voces porque no tenía amigos. Comenzó a estudiar Ciencias Políticas, y lo dejó para estudiar actuación en Juilliard School, de Nueva York. Aun así, un profesor le dijo que con su talento allí estaba perdiendo el tiempo, por lo que empezó como monologuista en clubes nocturnos.
En 1977, Robin debutó en la pequeña pantalla con las series de humor “Laugh-In” y “Happy Days”, y más tarde llegó al cine con “Popeye”.
Un actor cómico en palabras mayores
Robin se fue haciendo popular por su capacidad para improvisar y su sentido del humor, lo que lo llevó a tener una época dorada desde finales de los 80 y principios de los 90.
En ese periodo fue nominado tres veces al Oscar al “Mejor Actor” por “Good Morning Vietnam”, “Dead Poets Society” y “The Fisher Kind”. Además interpretó a un profesor chiflado en “Flubber”, un robot bicentenario en “Bicentennial Man”, nos hizo gritar en “Jumanji”, fue un “Peter Pan” algo crecidito en “Hook”, se convirtió en un pintoresco homosexual en “The Birdcage”, se disfrazó de niñera en “Mrs. Doubtfire” e hizo la voz del genio en “Aladdin”. También conmovió a muchos con su excelente desempeño en “Patch Addams”. El versátil actor logró su único Oscar al “Mejor Actor Secundario” en “Good Will Hunting”.
Sin abandonar la comedia, Robin Williams explotó también su vena dramática con personajes sombríos o morbosos, como los de “Insomnia”, “One Hour Photo” y “The Final Cut”. Sin embargo, siempre volvía al terreno humorístico con películas como: “License to Wed” y “A Night at the Museum”.
Su nómina pasó las 60 películas y un repertorio de personajes inolvidables. Este comediante nato, sensible y camaleónico no fue precisamente un hombre apuesto, pero poseía un don especial y particular cargado de simpatía puesta al servicio de sus papeles. Con su mirada de loco e ingenuo, logró transmitir inocencia de un niño, el ímpetu adolescente, la reflexión del adulto y la experiencia del anciano.
Contrajo herpes y consumió cocaína
El actor dijo que la cocaína era una de las formas que tenia Dios para decirte que ganas demasiado dinero. Tal vez por eso, desde finales de los años 70, consumió con frecuencia alcohol y el ilegal polvo, lo que posiblemente fue la causa de su turbulenta vida personal. Su primer matrimonio con Valerie Velardi duró 19 años, y tuvieron un hijo. Sin embargo, el humorista estuvo involucrado en una relación extramarital con Michelle Tish Carter, una camarera que luego lo demandó por alegadamente este contagiarla con herpes. El caso se resolvió fuera de los tribunales y Williams terminó divorciado de Velardi. Luego, se casó con Marsha Garces, la niñera de su hijo, con quien procreó dos herederos más que se criaron sin padre, ya que Garces solicitó el divorcio de Williams, citando diferencias irreconciliables.
Zafándose de los excesos y la depresión
Robin confesó que una de las situaciones que lo marcó fue el fallecimiento de su amigo John Bellusi, quien fue hallado muerto por sobredosis de drogas, horas después de haber compartido con él y Robert De Niro. Otra de las pérdidas que dijo haber lamentado el actor fue a su eterno amigo Christopher Reeve, intérprete de “Superman”, quien fuera compañero de clase en la Juilliard School. Él “oscarizado” actor añadió que la muerte de sus amigos, sobre todo la de Bellusi, y el nacimiento de su hijo, fueron las razones para dejar de consumir drogas, por lo que se internó en un centro de rehabilitación.
“El problema es que Dios le da al hombre un cerebro y un pene, pero no suficiente sangre para hacer funcionar los dos a la vez”, alegó este fervoroso activista del partido demócrata, quien fue sometido a una operación del corazón, que le fue practicada para reemplazar su válvula aórtica.
La cirugía se completó con éxito, contrario a su hermano Robert Todd Williams, quien murió de complicaciones luego se someterse a un proceso similar un mes antes. Pero todo no ha sido amargo, este eterno cómico siguió apostando al amor.
Y es que Robin, quien se distinguía por su gran ayuda a diferentes causas humanitarias, se había casado hacia unos años con la diseñadora gráfica Susan Schneider, y seguía asistiendo a reuniones de Alcohólicos Anónimos, y, según él, no había vuelto a tocar la cocaína.
Lamentablemente este falleció a sus 63 años por causas que se están investigando, en el estado de California.
De acuerdo con las primeras versiones, la policía local estudia un posible suicidio, luego de que su cuerpo fuera encontrado en su casa de la localidad de Tiburon. Según el parte policial, Williams habría sufrido "asfixia física", aunque aún se esperan pruebas toxicológicas para entregar una versión definitiva.
Fuentes de la familia citadas por "Variety" indicaron que el actor habría estado atravesando por una fuerte depresión en las últimas semanas, única versión que se animaron a dar desde su entorno, antes de pedir respeto por su privacidad.
El mismo medio cita a la esposa del actor, Susan Schneider, quien se mostró "desconsolada", y pidió a la audiencia y a la prensa no centrarse en la muerte de su marido, sino "en los incontables momentos de alegría y risas que dio a millones de personas".
La noticia del deceso remece en estos momentos al mundo del cine y a los amantes del séptimo arte, con comentarios esparciéndose en altísimos volúmenes a través de las redes sociales.
La autopsia para determinar las causas exactas de la muerte de Williams se realizaría este martes, aunque las primeras señales en la escena del deceso permitieron a la policía elaborar la teoría que ya se ha hecho pública.
El actor había terminado los rodajes de "Merry Friggin' Christmas" y "Night at the Museum: Secret of the Tomb", que se estrenarán este año, y "Absolutely Anything", que llegará a los cines en 2015. Tenía previsto rodar el próximo año la segunda parte de "Mrs. Doubtfire”.
Su humor y elocuencia como instrumentos para despertar sonrisas acompañadas de pensamientos positivos fueron característicos en la carrera cinematográfica del actor, pues a través de entrañables personajes más que simplemente hacer reír lanzó casi declaraciones de principios al público.
"Siempre me sentí avergonzado por todo el daño que le ocasioné a mi familia, siento que de eso nunca voy a terminar de recuperarme, llegó un momento en el que tuve que decir 'está bien no ser feliz'" había manifestado el actor, en una frase que hoy nos llena a todos de un inmenso dolor..
Mientras trataba de levantarse de sus traspiés amorosos y sus adicciones, su trabajo y su gran humor permanecían intactos. Vivía profesando amor por su nueva vida, corazón y, sobre todo, su esposa, como si fuera el inolvidable niño “Jack”, que tal vez logró zafarse de los excesos, pero no de la depresión.
"Robert Frost dijo: dos caminos se abrieron ante mí, pero tomé el menos transitado y eso marcó la diferencia.” (John Keating)
"- Así que se acabaron tus aventuras. – ¡Oh no! ¡vivir! ¡vivir será una fantástica aventura!” (Hook: Capitán Garfio)
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