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¡Se casa Shanira! Y me encantó que fuera noticia de portada. No por el solo hecho de su matrimonio, del que me alegro mucho, sino porque se trata de resaltar a una figura del mundo de la televisión y el modelaje que realmente es un ejemplo para todos; para aquellos que trabajan o aspiran laborar en este mundo, así como para la juventud en general.
Como les he comentado en otras ocasiones, se trata de sentimientos encontrados. Por un lado, entiendo que los medios de comunicación son empresas comerciales y dependen de darle espacio a eso que el público ha demostrado, una y otra vez, que prefieren. Pero, por el otro, me duele que gente talentosa y realmente merecedora de ocupar tiempo y espacio en los medios y escenarios sean desplazados por aquellos que únicamente se dedican a crear escándalos; por aquellos que han descubierto esta ‘fórmula’ y basan sus ‘carreras’ en todo aquello que pueda crear controversia y polarización.
Por lo anterior, me encanta que a Shanira Blanco se le destaque, pues, aunque la noticia trata sobre un asunto personal, brinda la oportunidad de mantener vigente su imagen. Porque, para quienes no la conocen bien, Shanira es una mujer con grandes cualidades como profesional y como ser humano. Aparte de contar con un talento espectacular para la animación y los negocios, su disciplina y respeto hacia su trabajo son inigualables. Más allá de esto, su solidaridad y trabajo en equipo son ‘la cherry del sundae’. Y, como si fuera poco, es una hija, hermana y amiga como pocas.
Así las cosas, sin duda hay muchas ‘Shanira’s’ por ahí que merecen igual trato y exposición que otras y otros cohetes explotados… Dicho sea de paso, no estaría nada mal que aquellos que recién comienzan o sueñan con ocupar un espacio en la televisión o el mundo del espectáculo cojan oreja y emulen las ejecutorias de Shanira.
Porque, aun con la crisis económica que lógicamente ha afectado a la industria de la comunicación y el entretenimiento en general, siempre habrá espacio para las nuevas generaciones. De una forma u otra, todos se reinventan y buscan la manera de darle espacio a nuevos proyectos y, por ende, a gente talentosa que sí enaltecen nuestros medios de comunicación y escenarios.
Y, regresando a Shanira, solo puedo desearle que en su matrimonio logre el mismo éxito o más que en su carrera profesional. Se lo merece. Se lo ha ganado. Tras cinco años de espera, pues su novio –el Dr. Augusto Ayala– se encontraba estudiando medicina en la República Dominicana, llegó el momento de unir sus vidas y comenzar esa maravillosa vida de pareja. ¡Bendiciones, Shanira y Augusto!
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