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Al ritmo de sus pejasosos éxitos Rihanna, quien lucía un ajuar en cuero, ponía de manifiesto su erotismo y sensualidad inspirando fantasías y haciendo delirar a toda una audiencia que se dio cita en Estadio Hiram Bithorn.
POR AMNELLYS RIVERA
¡Valió la pena esperar! Así reaccionaron muchos de los fanáticos que se dieron cita el pasado martes al Estadio Hiram Bithorn para ser testigos del tan esperado “Diamonds World Tour” de la cantante Rihanna, quien sorprendida por el recibimiento y las ovaciones de un desesperado público, gritó ¡Puerto Rico!, mientras de la impresión reaccionaba “What the fuck”, lo que provocó una histeria colectiva.
“Puerto Rico, what the fuck? Could you fuckin. believe this?, manifestó la sensual caribeña, quien lucía un ataviado ajuar en cuero. He querido venir aquí desde hace mucho tiempo y ver a tanta gente hermosa. Esto es algo que nunca olvidaré”, añadió.
Tan pronto comenzó a interpretar el tema, “Fresh out the runway, la cantante de 25 años comenzó a contonearse como una culebra acompañando sus movimientos sensuales con el toque de sus manos por sus mejores atributos, logrando inspirar fantasías entre muchos. Luego, continuó su repertorio con “Birthday cake” y “Talk that talk”, con la mayoría del público de pie, aunque les temblaran las rodillas.
Tras una falsa despedida, el espectáculo musical, que duró cerca de una hora y media, culminó con los éxitos “Stay” y “Diamonds”, nombre de la gira.
Directita a cumplir las suyas
No sabemos si fueron los polvos del Sahara- que casi todos cogen para acá- o si fue algún boricua que la inspiró. Lo cierto es que la cantante barbadense tan pronto abandonó Puerto Rico, hizo pública la magistral idea de reformar su casa en la que incluirá tres barras de bar con diferentes temáticas: años 80, reggae y whisky. ¡Qué levante la mano el boricua que no le gusta eso!
Bueno, pero su imaginación no queda ahí. Rihanna además quiere tener en su “hogar dulce hogar” una habitación exclusiva para cumplir sus fantasías sexuales y sus fiestas más pervertidas, incluidas las sadomasoquistas según cuentan.
¡Qué va! Tal vez lo que quiere es tener a su disposición un auténtico santuario para pasar la resaca.
Fotos por Juan Figueroa
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