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La mejor carta de presentación del cantante Marc Anthony es su voz. No necesitaba nada más para conquistar al público que se dio cita esta noche en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey.
El artista de origen puertorriqueño compartió con sus fanáticos en el concierto de su gira mundial Vivir mi vida, que lo llevará por alrededor de 15 países.
Desde que apareció en el escenario, a las 8:30 de la noche, el intérprete cautivó a sus seguidores con un show en el que, como es costumbre, dominó el género de la salsa, aunque suele desempeñarse con soltura en la balada.
Una vez las luces se apagaron, se escuchó su voz para describirse como un padre, hijo y hermano. En su relato dijo que era música, sonrisa y las calles de Nueva York y Puerto Rico. Comentó, además, que su deseo era dejar una huella. Luego, las pantallas mostraron su entrada a la tarima. Los gritos anticiparon que el concierto estaría colmado de energía y que la gente disfrutaría de la velada. Y una vez, el público se dio cuenta de la entrega total, acogió al artista.
Pero el público no fue el único que gozó de principio a fin, pues el salsero bailó, brincó, tiró besos, saludó, posó para fotos y no paró de reírse como quien vive al máximo. Marc Anthony fue energía y sensualidad.
El solista decidió iniciar la velada con el tema I Need to Know, cuya interpretación provocó incontrolables gritos por sus sensuales movimientos. “Mi gente con las manos arriba”, dijo, en varias ocasiones, para dejar establecido que quería a un público prendido. No fue difícil resistirse. Las personas aplaudían, bailaban y gritaban.
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