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El arqueólogo Miguel Rodríguez López, rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC), opinó que el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) no era la agencia que debía ser consultada antes de realizar los trabajos de limpieza en un segmento de la Muralla del Paseo La Princesa, en el Viejo San Juan.
“La preocupación de La Fortaleza porque hay segmentos de la antigua muralla amenazados por el crecimiento de plantas en sus grietas, es muy válido. Pero creo que se debió consultar a las agencias que tienen expertos en esa especialidad como el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) y la Oficina Estatal de Conservación Histórica (OECH), adscrita a La Fortaleza, y no al Departamento de Recursos Naturales. Se debe insistir que hablen los expertos de ambas agencias de gobierno, ICP y OECH”, reclamó el arqueólogo.
El perito, en una comunicación escrita, repudió que se haya contratado a una empresa privada –Siempre Verde- en vez de contar en primera instancia con los recursos y el “expertise” del Gobierno.
El director de la Oficina de Prensa en La Fortaleza, Jesús Manuel Ortiz, explicó el domingo que la muralla es parte de un plan de restauración de la estructura, el que fue elaborado a raíz de una preocupación en torno a la seguridad de la centenaria estructura.
“Para esos problemas, que hay que atenderlos a tiempo porque si no se pueden desplomar segmentos de la muralla, hay protocolos en cuanto al método a usarse, las libras de presión del agua, tipo de herbicida o detergente y otros criterios. Debe haber siempre un experto durante los procedimientos y no creo que ese fuera el caso”, expresó el arqueólogo.
Rodríguez López apuntó a la comparación ‘inválida’ entre los edificios antiguos de Europa y los Estados Unidos con los de Puerto Rico.
“Los materiales de construcción europeos son en su mayoría granito, mármol y otras piedras duras y densas. Las murallas son de bloques de pura piedra caliza de los mogotes de Toa Baja y de piedra arenisca del propio Viejo San Juan, y sabemos lo frágil que son ambos materiales. Además, las condiciones de humedad y el fuerte efecto del salitre no se comparan con el clima europeo”, indicó el arqueólogo.
“La crítica que se hace no es al gobierno por su preocupación genuina por la conservación de las murallas de San Juan y su gran atractivo turístico. Entiendo que es para que si se cometió algún error se pueda subsanar y no cometerlo nuevamente. Además es una excelente oportunidad de educar y apoderar a la ciudadana en asuntos de interés cultural”, concluyó Rodríguez López.
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