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Amary Santiago Torres / Primera Hora
Las denuncias en contra de la aportación de $800 mil que hizo la Compañía de Turismo de Puerto Rico ni el malestar de un sector de músicos locales en torno a la insuficiencia de fondos para el respaldo de proyectos nacionales impidieron que miles de puertorriqueños se dieran cita la noche del viernes al concierto Yanni Live at El Morro, pero la lluvia se encargó de detener el evento, al punto que el famoso tecladista no pudo concluir la primero de sus dos presentaciones.
El pianista y compositor griego Yanni presentó la noche del viernes su espectáculo de música instrumental contemporánea, como él mismo describe su propuesta, en el Castillo San Felipe del Morro en el Viejo San Juan, tal y como hizo con montajes similares en el Taj Mahal, en India, y el Acrópolis en Atenas, Grecia.
La brisa fría estaba anunciando que pronto caerían las primeras gotas de lluvia, pero todos confiaban en que eso no sucedería. Y cuando se iluminó el castillo, con el juego de luces, todo apuntaba a que la audiencia disfrutaría de la “magia” anunciada en las promociones del espectáculo. A las 9:00 de la noche, inició el concierto con unos visuales en las pantallas de un grupo de jóvenes de la Escuela Libre de Música, interpretando el tema Preciosa, de Rafael Hernández. Entonces, Yanni apareció en la tarima acompañado por 15 músicos para interpretar el tema Santorini y, justo cuando interpretaría la segunda pieza, Truth of Touch, comenzó a llover fuertemente.
“Perdón, tenemos que parar, seguridad primero”, dijo el músico mientras se formó un corre y corre para tapar los instrumentos, a la vez que la gente abría a toda prisa sus sombrillas. Otros prefirieron correr hasta las carpas de los auspiciadores. Tras media hora, los músicos subieron nuevamente al escenario. “Intentemos de nuevo”, dijo en su regreso para continuar con su repertorio que armó con 22 composiciones, entre ellas Keys to Imagination, Felitsa, Voyage y The End of August.
Todo parecía marchar bien hasta que, a la altura del décimocuarto tema de la noche, Marching Season, la lluvia regresó con mayor intensidad que en la primera ocasión, lo que provocó que el espectáculo fuera detenido por segunda ocasión. Al cabo de unos quince minutos, y tras observar que las condiciones del tiempo no daban señal de mejorar, José “Pepe” Dueño, productor del evento musical, subió a la tarima para anunciar que el concierto sería paralizado. La reacción inmediata del público fue lanzar un abucheo, pero comenzó a desalojar la instalación. Pese a que Dueño informó que a Yanni le restaban solamente dos temas por ejecutar, el repertorio entregado a los medios indicaba que eran ocho las piezas que faltaban por ser tocadas.
El público, en su mayoría adulto, pagó entre $90 y $250 dólares. En esta área, tipo anfiteatro, se esperaban cerca de 7,500 personas. Otros 2,500 boletos –por cada día- se regalaron, pero este grupo sólo podía ver al músico a través de una pantalla y de fondo el castillo alumbrado. Las personas –algunas de ellas molestas por la congestión vehicular y la transportación para llegar desde los estacionamientos hasta El Morro- se vistieron como si fueran a una elegante sala, lo que provocó varios accidentes menores de tropiezos y caídas por los tacos altos.
“Hola, Puerto Rico. Estoy muy contento de estar en Puerto Rico otra vez y, especialmente en el Morro”, dijo en español, quien se mostró simpático con el público, que disfrutó las interpretaciones y la apariencia del castillo con el juego de luces.
El espectáculo, que tendrá una segunda función el sábado, será visto a través de la televisión pública de Estados Unidos (PBS) el próximo año y se grabaría para eventualmente vender un devedé.
Sólo un poco de ruido
Ricardo López Serrano, miembro de la Hermandad de Trabajadores de la Cultura Puertorriqueña, congregó a varios artistas en la Plaza del Quinto Centenario como parte de una manifestación para denunciar “la cantidad exorbitante” que el Gobierno concedió a este evento. “Nuestra denuncia principal es que los trabajadores de la cultura estamos desempleados y somos ignorados. Aquí, hay otros pianista igual o más talentosos”, dijo el director del grupo de bomba Palenke.
“Estamos denunciando también el desplazamiento del músico local porque le están pagando a una orquesta sinfónica en vez de usar la nuestra (Orquesta Sinfónica de Puerto Rico) que tiene un gran prestigio”, agregó el gestor cultural que tuvo la limitación de manifestarse de 5:00 a 6:00 de la tarde como parte de las exigencias de la Policía de San Juan.
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